Respuesta: THE GIRL WITH THE DRAGON TATTOO (Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres) de David Fincher
Revisionada el otro día...
Sólo le encuentro un pero: el metraje, vista por segunda vez me doy cuenta que es un tanto excesivo para la historia que cuenta. Media hora menos sería el metraje perfecto. Por lo demás sigue siendo una película perfecta en lo que expone, las formas en como lo hace y sobre todo con una pareja protagonista en perfecta sincronización y simbiosis. Una mujer frágil y dura al mismo tiempo con ganas de acabar con todo el mal que puede a llegar a concebir las mentes perversas de los hombres y descubriendo que la generalización de que el hombre es el mal encarnado es la escepción en Mikel.
Pero me fijé en un par de detalles de Salander (una perfecta Mara) que se me pasaron la primera vez y que me demuestran 2 cosas:
- Ella, al fin y al cabo, nunca ha tenido una infancia feliz. No ha sido feliz. No ha sido una niña. De ahí que ya adulta coma menús happy meal de McDonalds (publicidad aparte). Ese menú que regala un simple juguete pero que a todos nos gustan. Esa sensación de poder disfrutar de algo tan inocente como un juguete. Un pequeño detalle que demuestra que la coraza de dragón guarda un ser destrozado y que necesita sentir, por un instante, la sensación de volver a ser niña otra vez.
- Su mundo se ampara en las tecnologías que consiguen y funcionan sin la necesidad de entablar relación real con el ser humano. Él ha sido siempre su amenaza, su destrucción. Por eso cuando le destrozan el ordenado no es una simple rotura cualquiera. Es destrozarle por completo su mundo y por ende tener que entrar en contacto con el mal (ese asistente social encarnando un mal mucho mayor del que podamos imaginar).
Pues bien, cuando por fin ha roto por completo su coraza, da su confianza completa y redonda a Mikel, decide escribirle una nota de agradecimiento que nunca sabremos que contiene pero que demuestra que ella siente algo más que simple amistad: demuestra conexión, demuestra afecto, esfuerzo pues conlleva escribir, la plasmación de un esmero y un síntoma de afecto ajeno a la frialdad de un mail o una nota impresa. Un simple acto de escritura lo dice todo (aparte del detalle de que ella pide a Mikel que le ponga la mano dentro de la camiseta y la toque, una señal inequívoca de seguridad, amor y confianza).
Para mi la película sigue siendo una demostración de las buenas artes de Fincher a la hora de dirigir y plasmar su historia, tristemente basada en algo ya existente y que siempre contará con la comparación (aunque en este caso más que positiva siendo el caballo vencedor). Por lo demás, contamos con esa fotografía fría como la aguja de un tatuador y que (con)tiene imágenes realmente impactantes, que no se anda con remilgos y que no es la costumbre en los thrillers típicos venidos de Hollywood.
No añadiré nada más a lo que ya añadí en mi
crítica anterior donde volvería a decir lo mismo. Pero es una película Fincher 100% y que aún no siendo de sus títulos clave sí que me demuestra que pocos, muy pocos, como él para tratar y retorcer una historia cualquiera en algo hipnótico.