Respuesta: Amy Winehouse aparece muerta en su piso
Yo estoy bastante de acuerdo con Lerink y con Lennon. No voy a hacer una apología de las drogas, porque me he drogado muy poco (apenas me he tomado un par de porros y cigarrillos, un par de viajes con alucinógenos, y bebo con muchísima moderación), en gran medida, porque, generalmente, me gusta mantener el control sobre mí mismo, algo que realmente es muy difícil cuando estás drogado. Ahí tengo que darle la razón a Sagittarius: las drogas no se controlan, son ellas las que te controlan a ti.
Pero por supuesto, hay grados de control y grados de control. Como ha dicho Lerink, la clave está en la educación. Si uno se informa debidamente, y conoce a fondo cada droga sabe qué dosis uno puede tomar, con cuanta frecuencia y en qué condiciones se debe tomar, uno tiene bastante más posibilidades de limitar el control que la droga ejerce sobre él, que uno que no está informado de nada, y se mete lo que le parece, y ni siquiera sabe lo que se está metiendo, porque lo ha comprado ilegalmente, e igual lo que le han dicho que es heroína en realidad es matarratas.
No voy a decir la burrada de que las drogas son buenas. Pero también sería absurdo negar que muchas drogas, consumidas con moderación, pueden tener ciertos efectos beneficiosos. Al fin y al cabo, gran parte de los medicamentos que tomamos son drogas, y como dijera alguien atrás, la diferencia entre un veneno y un medicamento es la dosis. Esa es la mejor prueba de que ciertas sustancias, tomadas con precaución, pueden tener efectos beneficiosos.
Por supuesto, una droga toma control de ti. Y en gran medida, ese es el gran atractivo de las drogas. Dejarse llevar por su efecto, perder las inhibiciones, sedar el dolor, alterar los estados de la percepción, pudiendo llegar a ver y sentir cosas que uno normalmente no experimenta estando "sobrio", lo cual siempre ayuda para enriquecer la experiencia personal y, como ha dicho Lennon, puede repercutir beneficiosamente en la creatividad. ¿Cuántos casos de grupos y escritores conocemos que, cuando se metían de todo, no paraban de cagar una obra maestra tras otra, y que en cuanto se desenganchan y empiezan a llevar una vida sana, solo son capaces de producir obras sosas, aburridas y sin pasión?
Ahora bien, entre estar contentillo y acabar vomitando por todas las esquinas, hay un abismo. Como ha dicho Lerink, nadie es un borracho (ni suele perder el control de sí mismo) por tomarse una copa de vino al día (especialmente sabiendo si la tomas durante las comidas), al parecer es hasta saludable, por sus propiedades vasodilatadoras. Incluso uno puede permitirse el lujo de cogerse una borrachera de vez en cuando sin riesgos a convertirse en un despojo humano permanente. Pero si te trincas tres botellas de vino diarias, la cosa cambia.
Pero eso pasa casi con todo. Casi todas las cosas, tomadas con moderación, son buenas, pero si abusas de ellas sus consecuencias pueden ser fatales. A nadie le hace ningún mal tomarse un chocolate con churros los domingos por la mañana, pero si tomas chocolate con churros tres veces al día lo más probable es que acabes con la salud hecha un asco. La mayoría de fumadores que conozco son adictos al tabaco, pero es cierto que conozco a gente que fuma y no es adicta, capaz de fumar solo cuando quiere (una o dos veces al mes, a lo mejor), lo que demuestra que sí es posible ejercer un control sobre lo que te metes.
Por ejemplo, a mí me gusta probar cosas nuevas, pero jamás en mi vida me metería una raya de coca, más que nada porque yo no me atrevo con nada que no venga aprobado por un laboratorio, y además porque tengo muy poco conocimiento de dicha droga, sus efectos, las dosis "recomendables", etc. Pero vamos, tengo amigos que sí la han probado, y que sí se han metido más de una raya y de dos, y no son para nada unos "yonkis" ni tipos que tengan en cerebro frito, al contrario, son personas de treintaytantos muy cultas, inteligentes y responsables.
En cualquier caso, yo creo que, como ha dicho Lerink, la clave para el autocontrol es la educación. La inmensa mayoría de la población conoce muy bien los efectos y los límites del consumo de alcohol, y eso ayuda mucho más a que la gente educada pueda tomar alcohol con cierto control. Por supuesto siempre va a haber gente que, aún conociendo sus límites, va a sobrepasarlos, porque cenutrios los hay en todas partes, pero ahí lo estúpido es echarle la culpa al alcohol, porque a mí nunca me han obligado a tomar una copa de más; siempre soy yo el que fija el límite, y si un día me paso de la raya la culpa no es más que mía.
El problema es que la gente apenas sabe nada de las otras drogas, porque al ser un tabú, simplemente hay que quedarse con la coletilla de que "son malas". Lo que significa darle la espalda a una realidad: la gente se droga. Y como se droga sin tener ningún tipo de educación al respecto, al final se acaban metiendo sabediosqué, en las cantidades que les da la gana, y luego pasa lo que pasa. Si en vez de tanto oscurantismo sobre las drogas se hablase con mayor sinceridad sobre ellas, sobre sus aspectos positivos y sus aspectos negativos, mucha gente aprendería a consumirlas de manera más responsable. Por supuesto, siempre habría gente que al final se dejará llevar más por su hedonismo que por su cabeza, pero eso ya es cuestión de cada uno.