- En el hilo del doblaje y la versión original que languidece, Seoman ha escrito algo muy majo
No creo que haya que justificar si nos gusta o deja de gustar el doblaje, pero revisando el vídeo de los actores de doblaje de los 80, me ha hecho pensar que los doblajes son cultura de cualquier idioma en que se hagan. En una época en que se lee cada vez menos, en que el teatro es privativo y la radio desterró de por vida el teatro radiado, cuando pocas personas son capaces de hilvanar más de dos adjetivos seguidos sin estar repetidos, el doblaje es una oportunidad para aprender un idioma.
Sé que con este argumento se me puede acusar de que precisamente el doblaje mata la oportunidad de aprender inglés, y de ahí el tradicional retroceso de los idiomas en nuestro país, pero y qué pasa con el castellano o el catalán, y quién dice estos, dice el vasco, el gallego, etc...
Si no se lee, no se va al teatro y en televisión los programas del corazón hacen que la gente cada vez hable peor, qué referentes vamos a poder tomar de la corrección de nuestro idioma. Una amiga le ha dado a su hijo pequeño antiguos cómics de Bruguera, me comentaba que se sorprendió porque el crío se discutió en la calle con otro niño y empezó a llamarle cernícalo, cebollino, cenutrio y animal de bellota "¿Dónde has escuchado tú eso hijo?" le preguntó la madre; "En los cómics de Pepe Gotera y Otilio.
En mi infancia, aprendí más castellano con aquellos cómics que en muchas clases de lengua y literatura de la escuela ¿A dónde quiero ir a parar? que el doblaje, sobre todo el clásico, y el actual aunque cada vez esté perdiendo más batallas de calidad, sigue siendo un árbitro para aprender y formarse. Por otra parte, también está la entonación, es cierto que en la vida real no hablamos con las pausas y los cambios de ritmo que los actores de doblaje utilicen y que el humorista Miguel Noguera parodia en un vídeo que se posteó en el otro hilo, pero al menos nos ofrecen una pauta culta para hablar.
Los ingleses, los franceses, los japoneses tienen un ritmo propio, distinto del castellano. No podemos reproducirlo como ellos no pueden reproducir el nuestro, a menos que ellos hablen castellano y nosotros inglés, francés o japonés. Cuando yo quiero hablar en inglés o francés bien, me empapó de la versión original. Intento seguir su entonación, hasta el modo de reírse, para hacerlo más natural, tomar sus muletillas, sus giros, pero en el caso contrario, si he tenido que tener aplomo para discutir, para exponer algo, incluso para hacer teatro en castellano ¿De dónde iba a tomar los referentes si no era de las voces del doblaje?
Quizá os parezca ridículo, pero yo he hecho ponencias, teatro, abordado a una chica que me gustaba e incluso ido a reuniones de trabajo y entrevistas, y he modulado mis intervenciones en función de tal o cuál doblaje que me ha parecido que me ayudaba a
"meterme" en el personaje. Todos actuamos en la vida y las voces que tomamos ayudan a construir las nuestras. Son nuestros referentes ¿Hemos de perderlos?
Como Spencer Tracy en
"La Herencia del Viento", yo cojo en cada mano la v.o y el doblaje, como él lo hace con la Biblia y los libros de leyes. Ambas se complementan, educan y nos dan riqueza.
Bueno, me ha salido un poco personal este escrito pero estamos entre amigos.