El Megapost de los 80 Series que no volvereis a ver… CORRUPCIÓN EN MIAMI
Hoy estrenamos una nueva sección en el Megapost... empezamos a CELEBRAR el aniversario puro; HOY cumplimos cinco años, y qué mejor momento para empezar a hablar de series de televisión, tan importantes para nosotros como las películas y los videoclubs. Y qué mejor que empezar por una que NO PUEDE SER MÁS OCHENTERA... vamos con ella.
Series que no volvereis a ver… CORRUPCIÓN EN MIAMI
Un poco de Historia: Una de las series más espectaculares y populares de la década de los ochenta fue
Corrupción en Miami, serie que en cualquier otro marco geográfico y temporal habría sido imposible; la serie surgió de un momento muy determinado,
los 80 en Norteamérica, un mundo donde el consumismo y el capitalismo salvaje alcanzaron grandiosas cotas de “vales el dinero que tienes” nunca vistas; donde valores como la solidaridad o la empatía estuvieron bajo mínimos y solo importaba tener más, un poco más, y mucho más; donde las drogas se convirtieron en una industria multimillonaria que afectaba desde a los ghettos raciales hasta a la alta sociedad. Una época cinematográficamente romántica pero que en la realidad, nos ha conducido al mundo en que vivimos hoy.
El creador de la serie, Anthony Yarkovich,
quería mezclar algo del estilo de los vídeos musicales MTV con una trama policiaca, y el resultado fue…
Corrupción en Miami, producida por la NBC. Con Anthony Mann dirigiendo algunos episodios, la serie resultó bastante cara de rodar, algo imprescindible dado el aire lujoso de los ambientes sociales de Miami que se le quería otorgar (
1,3 millones de dólares, presupuesto de CADA episodio) y contó con varios elementos que la hicieron única, desde el vestuario “de moda” que costaba un ojo de la cara, a su banda sonora (luego lo mencionaré en detalle).
La serie
salió en antena en 1984 y no logró ser realmente reconocida hasta ya empezada la primera temporada, creando un fenómeno televisivo y social, con multitud de referencias que todo el mundo entendía, dando fama (unos más, otros menos) a sus artífices, y
manteniéndose en la parrilla hasta 1990 (cinco temporadas de duración).
Y, ¿Cuál es el cuento?: La serie comienza presentándonos al detective James “Sonny” Crockett de la Brigada Anti-Vicio de Miami (
gran Don Jonson en el papel indiscutible de su vida) que pierde a un compañero y recibe a otro, venido de la Gran Manzana: Ricardo Tubbs (Phillip Michael Thomas) el cual parece muy empeñado en cazar a un multimillonario traficante de drogas que va a llegar a Miami, Emilio Calderón. La trama del piloto (
de una duración doble a la normal de los futuros episodios, como una película) nos muestra a los dos policías entrando en contacto, cada uno con sus pequeños conflictos y secretos (los problemas familiares de Sonny, o el hecho de que Tubbs persiga al traficante por asesinar a su hermano, cosa que nadie más sabe). Se va construyendo, en este piloto,
los cimientos de la serie, basados en la amistad, lealtad y química de la pareja de policías. Al final (como era previsible) el tal Calderon huirá… pero, como también resulta previsible, no será la última vez que veamos a ese tipejo en la serie.
Evidentemente,
hay que justificar que un par de polis de Anti-Vicio vivan a todo trapo, que vistan trajes a la última, conduzcan cochazos y tengan un elevadísimo tren de vida; son en realidad, policías infiltrados en el mundo de la droga (Sonny suele presentarse ante la escoria villanesca como
Sonny Burnett) y por lo tanto deben pasar desapercibidos en los ambientes de Miami donde se mueven los peces gordos, para poder darles caza; han de asistir a fiestas y a locales donde no entra cualquiera, y gastar dinero en efectivo como si estuvieran acostumbrados a ello para no despertar sospechas.
Los dos protagonistas van arropados por una buena ristra de
secundarios del departamento de Anti-Vicio: sus dos compañeras femeninas, generalmente encargadas de casos de prostitución, Trudy Joplin y Gina Calabrese (a mi siempre me puso bruto esta última, porque
me recordaba a la ochentera Jami Gertz) los secundarios cómicos habituales, o “la extraña pareja” Stan Switek y Larry Zito; el jefe de la Brigada era, inicialmente, el teniente Lou Rodríguez (Gregory Sierra), pero duró poco, aunque
su marcha fue para mejor: entró el inolvidable teniente Castillo (con James Edward Olmos dándole rostro y PRESENCIA) un jefe mucho más duro, formal, rígido a la hora de seguir los procedimientos, frío… pero en el fondo, leal y con una gran humanidad que no demostraba a menudo, pero que era indudable que poseía. Había algún otro secundario como Izzy,
una especie de precedente al personaje de Joe Pesci en la saga Arma Letal (pero no tan cargante) un tipo un poco ridículo, siempre metido en mil actividades un tanto raras, pero con una inmensa red de contactos que usaba para ayudar a la policía. Curiosamente, el actor que interpreta a Izzy ya salía (y moría) en el episodio piloto, haciendo otro personaje completamente diferente.
¿Y que hacían estos policías?
Pues perseguir mafiosos, capos de la droga, fugitivos peligrosos, proxenetas… pero no penséis que estos eran villanos como los de series al estilo “El equipo A”. Si Corrupción en Miami puede enorgullecerse de algo, es de evitar (no siempre, pero sí en su gran mayoría de episodios) al tópico villano sin más motivaciones que ganar dinero y ser cruel, porque si, porque ese es el papel. Muchas veces,
los villanos actuaban movidos por intereses tan poco monetarios como la amistad, el sentido del deber para con la familia, el honor, el miedo, la falta de autoestima… la mayoría de las veces, había un vínculo personal directo entre los villanos, e incluso entre los villanos y sus perseguidores, Tubbs y Crochet.
Aunque también había algunos que eran hijos de puta sin mayores motivaciones, como el citado Calderón.
La serie también nos mostraba los avatares personales y sentimentales de sus personajes; Sonny abandonaría a su mujer y a su hjo pequeño ante la creencia de que estando con ellos, los ponía constantemente en peligro debido a la naturaleza de su trabajo, y tuvo luego no pocos rolletes en la serie; Tubbs no se quedó atrás,
aunque no era tan prolífico, y llegó a ligotear (sin saberlo inicialmente) incluso con la hija de su peor enemigo. Pero mis episodios favoritos eran aquellos en los que
los protagonistas se involucran, por una u otra razón, en el caso de la semana, adquiriendo este un matiz personal que a los guionistas se les daba realmente bien.
Poco más puedo decir del ambiente de Miami de los 80 (
que tan bien captó Brian De Palma para su grandiosa El precio del poder) donde se juntan macro-discotecas de lujo, pasta gansa, cocaína para ejecutivos de guante blanco… con callejones sucios donde los desheredados de la ciudad llevan ocultos sus trapicheros, un contraste, ciertamente, muy americano en los 80. Un mundo donde parece que si no tienes contacto no eres nadie, donde para unos lo importante es si los dejarán entrar en el último club de moda mientras, el el barrio de al lado, para otro lo importante es saber si lo matarán esta noche o no. Qué decir del estilo de vida de Crockett (quien, de crío, no quiso vivir así) como residencia fija, un barco en el puerto, una casa tan particular como su “compañero de piso”:
el cocodrilo Elvis (mítico y carismático secundario!).
Me suena su cara: Ciertamente,
secundarios conocidos no faltaron en Corrupción en Miami, aquí una lista (sin perjuicio de que se me olviden algunos): Liam Nesson, Pam Grier, John leguizamo, Pepe Serna, Helena Bonham Carter, Dan Hedaya, Meg Foster, Xander Berkeley, Jeff Fahey, Brian Denehy, R. Lee Ermey, Miguel Ferrer, Jeroen Crabbe (me encanta este actor) Melanie Griffith (
je je je) Bruce Willis, Dean Stockwell, Bill Paxton, Gerrith Graham, Vincent D’Onoffrio, Steve Buscemi, Wesley Snipes, Ben Stiller, Benicio del Toro, Lawrence Fishburne, James Remar, Karen Black, Terry O’Quinn… sin mencionar a cantantes que metían sus temas en la banda sonora y hacían apariciones esporádicas (desde Jan Hammer, compositor de temas instrumentales de la BSO a James House o Phil Collins).
Un enorme reparto de secundarios… ¡y muchos ni siquiera eran conocidos cuando salieron en la serie!
Voy a permitirme aquí hablar de la (impresionante) banda sonora, aunque con toda justicia
merecería un apartado para ella sola, pero veamos… SOLO en el piloto aparecen dos de mis canciones favoritas de la década:
In the air Tonight (de Phil Collins, canción infrautilizada en el cine y la televisión) que acompaña a uno de los momentos más emotivos del Piloto, y
All Night Long de Lionel Richie (sin mencionar que hay una de los Rolling, o que está Girls Just wanna have fun de Cindy Lauper… ¡¡¡TODO ESTO EN EL PILOTO!!!).
Y es que, la aparición de In the Air tonight hizo subir las ventas del disco como la espuma, y desde entonces,
cantantes y grupos se dieron de hostias porque alguna canción suya fuera incluida en la serie, pues estaba demostrado que aparición de una canción en la serie… petada de vender discos. En el futuro hubo otros temas míticos asociados a la serie, como el You belong to the city de Glenn Frey, o Cry… esta última, interviene en uno de los finales más recordados de la serie; podéis verlo y escucharlo aquí:
Miami Vice-'Cry' ending - YouTube
¿Volvería a verla?:
Rotundamente SÍ; de hecho desde hace unos años la estoy revisando (una temporada cada verano, este año toca la cuarta) ya que no las veo desde los tiempos televisivos. Una serie entretenida, con un ritmo frenético que sabe parar en seco para mostrar los horrores y la injusticia de un mundo tan desequilibrado en contrastes como el nuestro;
unos protagonistas con una gran química que nos hacían desear cada día que llegase la hora de ponerse frente a la tele a ver a Sonny y Ricardo repartir leña y meterse en fregaos varios; el estilo de producción lujoso, la ENORME banda sonora, los secundarios… un SÍ de manual. Es muy poco rutinaria aunque no recomiendo ver más de dos o tres episodios a la semana, por no saturar.
Pero totalmente recuperable, disfrutable y reivindicable.
Episodios a destacar: muchos… y más que se me olvidan. Desde el piloto (El guardián de mi hermano) a, en general, todos
los episodios dobles, que solían ser de alguna forma, “mitológicos” (volvían viejos enemigos, o la Brigada se veía metida en problemas más gordos donde sucedían cosas que marcaban el futuro de la serie) como “El hijo pródigo”, o “Cuenta atrás”. Aparte, destacaría algunos episodios sueltos,
sobre todo de la tercera temporada, que es la que tengo más reciente…
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Cuando lloran los ojos irlandeses: Gina se infiltra, como irlandesa de nacimiento que es, en una especie de grupo que defiende los derechos de independencia de Irlanda; con Liam Nesson como el carismático líder del grupo, ante la sospecha de que el grupo sea en realidad una célula terrorista que ha comprado recientemente varias armas.
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El viejo: Un gran episodio en el que Crockett, bajo su identidad falsa, está haciendo tratos con unos traficantes y ahuyenta a un anciano que aparece en el lugar de los hechos; este resultará ser un antiguo Ranger de Texas que, creyendo que Sonny es un matón y un traficante, decidirá buscar justicia a la antigua usanza. Con un final muy emotivo.
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El deber y la dignidad: El teniente Castillo tendrá que retroceder en su memoria a los tiempos en que era soldado en Vietnam; allí presenció los asesinatos brutales (jamás resueltos) de cuatro prostitutas. Ahora, se ha cometido un asesinato idéntico en Miami y el teniente cree estar tras la pista de aquel asesino, tomándose el asunto como algo personal.
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El avión de la tarde: Un remake de “
Solo ante el peligro” con Tubbs engañado para ir a una isla tropical por su enemigo mortal, Calderón, y una vez allí, sin poder salir, y con la población de la isla pasando de él, tiene que esperar a la llegada del barco donde llegarán mafioso y sus hombres y enfrentarse a ellos completamente solo…
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Los vikingos motorizados del Infierno: Gran episodio sobre la lealtad que mueve a los componentes de una banda de motoristas, y que les lleva a intentar destruir a los responsables de la muerte de un compañero al tiempo que se toman como misión proteger a la hermana de este (una muchacha normal y corriente que nada tiene que ver con la banda). El jefe de la banda (un pseudo pirado que descubrió a Nietzsche en la cárcel) no se para ante nada, llevando un caos absoluto de asesinatos inocentes a Miami en su búsqueda de venganza. Realmente emotivo aunque un poco pasado de rosca hacia el final.
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Definitivamente Miami: Este es uno de mis favoritos, pertenece a la segunda temporada; otro de esos episodios míticos con un final recordado y espectacular, en el que la Brigada se ve envuelta en una investigación sobre extrañas desapariciones. Crockett conocerá, y se enamorará, de una joven rubia que podría estar envuelta en ello… este episodio popularizó otra de esas canciones que se asocian a la serie: Cry, de Goodley & Creme, la que os he puesto más arriba.
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Una sombra en la oscuridad: Uno de los mejores episodios de la serie, en los que un tipo raro entra en casas ajenas de forma poco clara, casi sobrenatural. No mata a nadie, se dedica a hacer cosas raras por la casa sin despertar a los ocupantes; el detective que investiga el caso enloquece y se lo pasan a nuestros héroes. Crockett también estará a punto de enloquecer ante la imposibilidad de pillar al tipo, que es como un gato.
Hay otros episodios que tengo más olvidados, pero que son realmente impactantes, como uno de la primera temporada en el que un poli parece estar compinchazo con la Mafia a la que la brigada investiga; durante todo el episodio el tipo parece un corrupto, pero al final se revela que es en realidad familia directa de uno de los mafiosos, y se siente dividido
entre el deber para con la “familia” y el deber para el cuerpo de policía.
En la tercera temporada hay una trama que abarca varios episodios,
en los que Crockett sale con una enfermera drogadicta (una jovencísima Helena Bonham Carter) y en los que se muestran los efectos devastadores de las drogas en la vida cotidiana, un punto de vista más cercano al problema del que los protagonistas suelen tener.
El momento: Si hay que destacar una escena o momento representativo de la serie, evidentemente
aquí habría que elegir los paseos de Sonny y Ricardo en su lancha rápida, otro momento referencial y reconocible de su época.
En conclusión,
una serie totalmente recomendable, nada aburrida o repetitiva, como sí lo serían otras policiacas de su época, y sobre todo, MUY ochentera. Aquellos que tengan alergia a ese mundo, vestidos, peinados y en general, métodos de la década, mejor abstenerse. Aquellos que amen esa década… siempre disfrutarán con esta serie.
Para acabar, no me voy sin mencionar el TEMAZO que Jan Hammer dedicó al personaje de Sonny Crocket, un tema que nada tiene que envidiar a las canciones de la serie, muy sugestivo, evocativo de la época y nostálgico: UN TEMAZO, lo repito las veces que haga falta...
Jan Hammer - Crockett's Theme (Miami Vice) - YouTube
Esta tarde tendréis la siguiente entrega, y... ¡A CELEBRAR EL ANIVERSARIO!