Batman y Robin (Grant Morrison / Frank Quitely) /
Batman contra Robin (Gran Morrison / Cameron Stewart / Andy Clarke)
A nadie le viene de nuevas que sienta gran admiración por el personaje de Batman. Entrar en una biblioteca y ver un número de él en los estantes es como una mosca ver una luz: es imposible no ir hacia él. Mira tú por donde me encuentro, sin saber tan siquiera de su existencia, de estos dos volúmenes uno al lado del otro. Me hice con ellos tan rápido como Homer Simpson zampándose una caja de rosquillas. Ni los abrí para ver como era el estilo. Tampoco me leí la sinopsis. Es eso que llaman flechazo. Me los llevé a mi casa y ayer, en un estado de nerviosismo (liviano), abrí la tapa y empecé a leer. Tanto que en un plis plas me zampé los dos. No quise mirar tampoco la hora intempestiva pues sé, con mi sentido arácnido, que sería muy tarde. Pero daba igual, el viaje bien valió la pena.
¿De qué va esto? En "
Batman y Robin" representa que el caballero oscuro ha muerto. Pero claro, Batman, como símbolo, como héroe nocturno, no puede morir. No debe morir. Es en este caso cuando el chico maravilla, Robin para ser más exactos, Dick Grayson, decide hacer de tripas corazón y asumiendo un deber auto impuesto se calzará el traje para continuar con la labor de limpiar de basura las calles de Gotham. Damian Wayne, el hijo de Bruce Wayne, pasará a enfundarse el traje del nuevo Robin. Y así, sin quererlo pero asumiendo el poder que conlleva la responsabilidad, serán la nueva pareja de superhéroes. El entramado es, cuanto menos, muy atractivo aunque siga las bases argumentales de todos y cada uno de los villanos en cuestión. Con un poco de Lewis Carroll en la ecuación y quizás algo de David Fincher, aquí vemos como primer esbirro al Sr. Sapo (sí, ese mismo) que está al servicio del profesor Pyg, un villano enajenado que pone una máscara adhesiva a sus esbirros para convertirlos en muñecas perfectas y tenerlos bajo su control. Esto es tan sólo la punta del iceberg.
Batman no es Wayne y eso se nota. Pues Gordon, los villanos, la ciudad (y nosotros) notamos que nada es lo mismo ni todo es igual. El arco argumental versa entre luchar contra los malvados (con la aparición de Capucha Roja, Pingüino, El flamenco, etc.) y descubrir quien es quien, pues no todos se dejarán ver tal y como los conocemos para descubrir que todo (o casi todo) está al servicio de un mal mucho mayor. La acción es muy seca, muy violenta, con cierta influencia / esencia del Batman de Nolan a la hora de cruzar las historias y jugar con el despiste del género del thriller. Ya en la continuación (
Batman contra Robin) Grayson, como Batman, desea que Bruce Wayne, el Batman original, vuelva a la vida. Eso hará que la pareja protagonista con la ayuda de nuevos amigos (entre ellos Batwoman) lo resuciten en la "Fosa de Lázaro" con la ayuda de artes mágicas. Pero lógicamente nada saldrá como se espera. Mientras tanto bandas inglesas con ciertas influencias Poppinescas, ocultismo y folclore, genealogía de la familia Wayne, los manipuladores planes de Talia Head y la aparición de un siniestro personaje, Oberon Sexton (el cual encierra un plan realmente perverso y que servirá de nexo de unión con el siguiente volumen) hacen que sea un volumen más atractivo, en principio, pero menos interesante que el anterior. Visualmente luce muy bien aún notándose el cambio de registro.
No será lo mejor de Batman pero no es un mal producto, desde luego, funcionando a las mil maravillas aún a riesgo de jugar en su contra por no contar con Wayne como protagonista y narrador. Nuevas generaciones, nuevos tiempos.