Respuesta: El post del GORDO (Hitchcock)
Hablar de Psicosis a estas alturas y decir algo nuevo es difícil por no decir imposible. Por eso, prefiero hacer mi propia crítica y ser, al menos, un granito más en el vasto campo de las críticas referentes al clásico por antonomasia.
Madre (asesina) no hay más que una
Película icónica que marcó un antes y un después. Tanto en la filmografía del director, cuyo resultado le dio el título de “Maestro del suspense”, como en el género, logrando darle una nueva forma de exponer el terror y sobrecoger al espectador pues hasta la fecha el terror nunca había sido tan radical pero sobre todo dándole una verosimilitud a la monstruosidad del ser humano convirtiendo al anónimo en un serial killer y encima con un mundo interno que hasta la fecha nadie había osado imaginar. Un título que a lo largo de los años sería imitado, parodiado, plagiado y copiado de un sinfín de formas pero siendo esta la que daría el pistoletazo de salida o el santo y seña en las formas de los slashers que vendrían años más tarde. Hitchcock logró lo imposible. Pero vayamos por partes.
Basada en la novela “Psycho” de Robert Bloch, que a su vez éste se basó en el célebre y despiadado asesino en serie Ed Gein, Hitchcock compró los derechos por 9.000 dólares y necesitaba como el comer un título célebre, que le volviera a dar la fama, el prestigio y la recaudación suficiente como para poder seguir manteniendo su estatus. Psycho logró darle un título eterno. Sin ir más lejos el proyecto no fue un camino de rosas precisamente (un camino arduo que se podrá contemplar en “Hitchcock”, la película dirigida por Sacha Gervasi e interpretada por Antonhy Hopkins). Aunque la novela no era muy conocida, la Paramount no estuvo por la labor de producir el filme pues consideraba que era algo grotesco y demasiado violento para la época.
Acuerdos entre Hitchcock y los estudios donde el director acordó financiar el proyecto para la Universal y sería la Paramount la encargada de distribuirla. Pensando que sería un fracaso estrepitoso con tamaño contenido y la calidad del producto aceptaron sin problemas. Creo que aún están dándose de cabezazos contra la pared con todo lo que el maestro lograría después. Hitchcock marcaría un antes y un después tanto en el género del suspense y el terror sino en la forma de exponer la historia pero sobre todo en los ámbitos de estreno y exposición de las películas. Es conocidos por todos que instauró con “Psicosis” la norma férrea e indestructible de que nadie podía entrar a ver la película una vez había comenzado el metraje. De ahí se deduce las largas colas que había para ver la película pero a su vez el boca-oreja estaba sembrado y el resultado era más que evidente. El éxito estaba más que asegurado.
Si hay algo que sorprende de la película, más allá de su realización, más allá de sus golpes de efecto y sus escenas de impacto, es como Hitchcock logró engañar a todas las generaciones presentes y futuras desde el mismo instante que aparecen los títulos de crédito. Nada más comenzar, con la partitura de Bernard Herrmann, una partitura de corte agobiante, incesante, constante pero sobre todo apoteósica, con las notas in creccendo, vemos una hora, una fecha, un lugar que será la única vez que contemplamos un dato concreto. Nos presenta a la pareja (supuestamente) protagonista. Y a los pocos minutos, nos adentramos en un robo perpetrado por la rubia protagonista (uno de los mayores fetiches del director). La exposición y la forma de plasmarlo es perfecta: primeros planos, cortos, presencias inquietantes y voces en off para ahorrar escenas. Todo es rápido, eficaz y sobre todo es 100% Hitchcock: duda razonable ante la posibilidad de ser atrapada.
Como buen mago del suspense la atención hacia el botín (40.000 dólares, en dos fajos, bien identificados: símbolo de prosperidad fugaz). Una vez Marion logra escapar de su pasado, de su lugar de origen llegamos al Motel Bates, uno de los lugares más terroríficos, siniestros y sobrecogedores del séptimo arte, vigilado por la casa Bates, un caserón de silueta siniestra y desde la cual podemos ver la figura del dominio: la madre de Norman. Sin ir más lejos Norman Bates acabó convirtiéndose en un nombre por derecho propio en el Olimpo de los villanos tal como Freddie Krueger o Michael Myers. Me encanta su presentación. Un chico bobalicón, tímido, retraído, un tanto tartamudo pero extremadamente agradable, dominado por una madre opresiva, dominante, que no le permite tener ningún contacto o relación con las mujeres y que se torna agresiva nada más intuir que su hijo puede estar manteniendo una mera amistad con ellas.
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