El post de las enfermedades infecciosas

Listo.

El martes a las 9 me uno al club.
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:atope

:hola
 
A un compi de curro le han dado para hoy al mamón.
Si vas entrando a modificar cita, primero has de cancelar la que tienes, y entonces te muestra las disponibles.
Esto de que has de cancelar la que ya tienes no se si lo han cambiado, por que para la primera era así. En la segunda iba diferente, pero no se si es por que es la segunda, que no puede elegir el centro, o por que han corregido la forma de hacerlo, que sinceramente, era un coñazo, por que si cancelas la actual y no hay nada que te interese más, la tuya, puede que te la hayan quitado ya.
 
Si vas entrando a modificar cita, primero has de cancelar la que tienes, y entonces te muestra las disponibles.
Esto de que has de cancelar la que ya tienes no se si lo han cambiado, por que para la primera era así. En la segunda iba diferente, pero no se si es por que es la segunda, que no puede elegir el centro, o por que han corregido la forma de hacerlo, que sinceramente, era un coñazo, por que si cancelas la actual y no hay nada que te interese más, la tuya, puede que te la hayan quitado ya.
Sí...lo he visto pero he pasado.

Más vale pájaro en mano no la liemos.
 
Hace 20 días me vacunaron con Moderna. Acabo de recibir un SMS de CatSalut para recibir la segunda dosis el próximo jueves, 28 días exactos después de la primera dosis.

Es en el mismo sitio que recibí la primera y prácticamente a la misma hora, la primera fue a las 11:00 y esta me han citado a las 11:30.
 
Me han puesto la segunda dosis de la vacuna de Pfizer.

Hace tres semanas, con la primera, el único efecto secundario que tuve fue una pequeña molestia en la zona del pinchazo. Cierto es que, como duermo en el lado izquierdo de la cama y el pinchazo también fue en el brazo de ese lado, para evitar el contacto entre el brazo y la cama me tuve que girar hacia la derecha, hacia el centro, mirando hacia el lugar que ocupa Beatriz. Ya que tenía que estar vuelto hacia el centro de la cama, aproveché para hacer la cuchara… no voy a alardear como harían otros, nada de follar; no sabiendo la verdadera causa a la que obedecía mi comportamiento, el gesto fue tomado como una muestra de cariño, lo que contribuyó a mejorar mi vida conyugal un par de días.

Visto en perspectiva, los efectos provocados por la primera inyección no son despreciables. Pero se quedan en nada, al comparar con lo que ha pasado con la segunda dosis. Escribo esto para que estéis informados.

Algo había leído sobre imanes que se pegaban al cuerpo en la zona del pinchazo. Y me hacía ilusión pegarme uno bonito, de “Asturias, paraíso natural”. Que además me podía servir para atrapar debajo algún papel con teléfonos o instrucciones importantes, como ocurre con los imanes de la puerta del frigorífico. ¡Tener siempre a mano la fórmula para provocar el vómito de los perros!

Lo de los imanes, no es cierto. Este reconocimiento espero que sirva de base para que lo que voy a contar sea creído. Para que no se envíe mi testimonio al hilo ese de los comentarios sin respaldo científico u oficial.

Empiezo.

Hoy, tras el pinchazo, me fui a sentar en las sillas dispuestas en el polideportivo de Jarrio para que los recién vacunados se queden unos diez o quince minutos sentados, por si acaso. Por si acaso, ¿qué? No da buena espina el que al lado del polideportivo esté el tanatorio, y más allá el hospital. El hospital primero y el tanatorio después, aún tendría un pase.

Perdón, me lío y olvido lo importante. Sigo.

Me siento; miro el móvil como todes a mi alrededor. Y el Samsung se ha convertido en un Iphone. Veo la pantalla claramente: han desaparecido las “moscas” del ojo izquierdo, que me venían jodiendo el último mes. Juego unas partidas en ICC. Gano. Me voy al coche. Parece el mío, pero tiene una trampilla en la aleta derecha. Mi X1 diesel se ha convertido en un 25e. Me subo. El CarPlay funciona perfectamente. Cuando llego a casa algo me llama la atención en el prao. Está perfecto. No veo los montículos que dejan los topillos. En el lateral de la casa hay instalado un huerto solar con 16 paneles. Perfecto, la autonomía eléctrica del nuevo coche me alcanza para ir y venir cada día al trabajo; sin gastar nada. Que suba la luz todo lo que quiera. No me importaba antes, y ahora menos. Veo a Yuta; la perrita parece que camina mejor, como si le molestase menos la cadera. Entro en casa. En la cocina la encimera está ordenada, no se amontonan sin ton ni son medicamentos, el cenicero, fruta, paquetes de pañuelos, la botella de vino. Miro en la puerta del frigorífico, con un poco de tristeza, el papel con las instrucciones para provocar el vómito de los perros que no voy a poder llevar debajo de un imán pegado a mi brazo. Subo a la primera planta. Las pequeñas ventanas de la escalera están limpias, no tienen restos de la suciedad arrastrada por la lluvia, ni telarañas. El iMac que tenía 12 años se ha convertido en el cacharro ese nuevo con el M1. Amarillo. Entro en la habitación. Cuando me quito los calcetines veo que han desaparecido del tobillo izquierdo los capilares rotos. Me desnudo y tengo el cuerpo perfectamente depilado, y recortado el pelo púbico. Sin canas. Hago una última prueba: me pongo el chaleco lastrado con 25 kilos y me agarro a la barra de dominadas que instalé debajo de la escalera. Con cierto disgusto veo que sigue siendo la que compré en el Decathlon; hago cuatro dominadas estrictas.

Esto ha ocurrido en el lapso de tiempo que va desde las cinco de la tarde hasta ahora. No me extraña que la de Pfizer sea la vacuna con mejor prensa, ni sé cómo cojones se han arreglado para incorporar en ella parte de la agenda 2050.

En definitiva, no tenéis nada que temer. Sospecho que forzando un poco hasta podría intentar follar.

Nah, me da mucha pereza.
 
Me han puesto la segunda dosis de la vacuna de Pfizer.

Hace tres semanas, con la primera, el único efecto secundario que tuve fue una pequeña molestia en la zona del pinchazo. Cierto es que, como duermo en el lado izquierdo de la cama y el pinchazo también fue en el brazo de ese lado, para evitar el contacto entre el brazo y la cama me tuve que girar hacia la derecha, hacia el centro, mirando hacia el lugar que ocupa Beatriz. Ya que tenía que estar vuelto hacia el centro de la cama, aproveché para hacer la cuchara… no voy a alardear como harían otros, nada de follar; no sabiendo la verdadera causa a la que obedecía mi comportamiento, el gesto fue tomado como una muestra de cariño, lo que contribuyó a mejorar mi vida conyugal un par de días.

Visto en perspectiva, los efectos provocados por la primera inyección no son despreciables. Pero se quedan en nada, al comparar con lo que ha pasado con la segunda dosis. Escribo esto para que estéis informados.

Algo había leído sobre imanes que se pegaban al cuerpo en la zona del pinchazo. Y me hacía ilusión pegarme uno bonito, de “Asturias, paraíso natural”. Que además me podía servir para atrapar debajo algún papel con teléfonos o instrucciones importantes, como ocurre con los imanes de la puerta del frigorífico. ¡Tener siempre a mano la fórmula para provocar el vómito de los perros!

Lo de los imanes, no es cierto. Este reconocimiento espero que sirva de base para que lo que voy a contar sea creído. Para que no se envíe mi testimonio al hilo ese de los comentarios sin respaldo científico u oficial.

Empiezo.

Hoy, tras el pinchazo, me fui a sentar en las sillas dispuestas en el polideportivo de Jarrio para que los recién vacunados se queden unos diez o quince minutos sentados, por si acaso. Por si acaso, ¿qué? No da buena espina el que al lado del polideportivo esté el tanatorio, y más allá el hospital. El hospital primero y el tanatorio después, aún tendría un pase.

Perdón, me lío y olvido lo importante. Sigo.

Me siento; miro el móvil como todes a mi alrededor. Y el Samsung se ha convertido en un Iphone. Veo la pantalla claramente: han desaparecido las “moscas” del ojo izquierdo, que me venían jodiendo el último mes. Juego unas partidas en ICC. Gano. Me voy al coche. Parece el mío, pero tiene una trampilla en la aleta derecha. Mi X1 diesel se ha convertido en un 25e. Me subo. El CarPlay funciona perfectamente. Cuando llego a casa algo me llama la atención en el prao. Está perfecto. No veo los montículos que dejan los topillos. En el lateral de la casa hay instalado un huerto solar con 16 paneles. Perfecto, la autonomía eléctrica del nuevo coche me alcanza para ir y venir cada día al trabajo; sin gastar nada. Que suba la luz todo lo que quiera. No me importaba antes, y ahora menos. Veo a Yuta; la perrita parece que camina mejor, como si le molestase menos la cadera. Entro en casa. En la cocina la encimera está ordenada, no se amontonan sin ton ni son medicamentos, el cenicero, fruta, paquetes de pañuelos, la botella de vino. Miro en la puerta del frigorífico, con un poco de tristeza, el papel con las instrucciones para provocar el vómito de los perros que no voy a poder llevar debajo de un imán pegado a mi brazo. Subo a la primera planta. Las pequeñas ventanas de la escalera están limpias, no tienen restos de la suciedad arrastrada por la lluvia, ni telarañas. El iMac que tenía 12 años se ha convertido en el cacharro ese nuevo con el M1. Amarillo. Entro en la habitación. Cuando me quito los calcetines veo que han desaparecido del tobillo izquierdo los capilares rotos. Me desnudo y tengo el cuerpo perfectamente depilado, y recortado el pelo púbico. Sin canas. Hago una última prueba: me pongo el chaleco lastrado con 25 kilos y me agarro a la barra de dominadas que instalé debajo de la escalera. Con cierto disgusto veo que sigue siendo la que compré en el Decathlon; hago cuatro dominadas estrictas.

Esto ha ocurrido en el lapso de tiempo que va desde las cinco de la tarde hasta ahora. No me extraña que la de Pfizer sea la vacuna con mejor prensa, ni sé cómo cojones se han arreglado para incorporar en ella parte de la agenda 2050.

En definitiva, no tenéis nada que temer. Sospecho que forzando un poco hasta podría intentar follar.

Nah, me da mucha pereza.

Ahora solo falta que mañana nos des a todos lo de ordenar el pago y ya, la reostia.

:p
 
Me han puesto la segunda dosis de la vacuna de Pfizer.

Hace tres semanas, con la primera, el único efecto secundario que tuve fue una pequeña molestia en la zona del pinchazo. Cierto es que, como duermo en el lado izquierdo de la cama y el pinchazo también fue en el brazo de ese lado, para evitar el contacto entre el brazo y la cama me tuve que girar hacia la derecha, hacia el centro, mirando hacia el lugar que ocupa Beatriz. Ya que tenía que estar vuelto hacia el centro de la cama, aproveché para hacer la cuchara… no voy a alardear como harían otros, nada de follar; no sabiendo la verdadera causa a la que obedecía mi comportamiento, el gesto fue tomado como una muestra de cariño, lo que contribuyó a mejorar mi vida conyugal un par de días.

Visto en perspectiva, los efectos provocados por la primera inyección no son despreciables. Pero se quedan en nada, al comparar con lo que ha pasado con la segunda dosis. Escribo esto para que estéis informados.

Algo había leído sobre imanes que se pegaban al cuerpo en la zona del pinchazo. Y me hacía ilusión pegarme uno bonito, de “Asturias, paraíso natural”. Que además me podía servir para atrapar debajo algún papel con teléfonos o instrucciones importantes, como ocurre con los imanes de la puerta del frigorífico. ¡Tener siempre a mano la fórmula para provocar el vómito de los perros!

Lo de los imanes, no es cierto. Este reconocimiento espero que sirva de base para que lo que voy a contar sea creído. Para que no se envíe mi testimonio al hilo ese de los comentarios sin respaldo científico u oficial.

Empiezo.

Hoy, tras el pinchazo, me fui a sentar en las sillas dispuestas en el polideportivo de Jarrio para que los recién vacunados se queden unos diez o quince minutos sentados, por si acaso. Por si acaso, ¿qué? No da buena espina el que al lado del polideportivo esté el tanatorio, y más allá el hospital. El hospital primero y el tanatorio después, aún tendría un pase.

Perdón, me lío y olvido lo importante. Sigo.

Me siento; miro el móvil como todes a mi alrededor. Y el Samsung se ha convertido en un Iphone. Veo la pantalla claramente: han desaparecido las “moscas” del ojo izquierdo, que me venían jodiendo el último mes. Juego unas partidas en ICC. Gano. Me voy al coche. Parece el mío, pero tiene una trampilla en la aleta derecha. Mi X1 diesel se ha convertido en un 25e. Me subo. El CarPlay funciona perfectamente. Cuando llego a casa algo me llama la atención en el prao. Está perfecto. No veo los montículos que dejan los topillos. En el lateral de la casa hay instalado un huerto solar con 16 paneles. Perfecto, la autonomía eléctrica del nuevo coche me alcanza para ir y venir cada día al trabajo; sin gastar nada. Que suba la luz todo lo que quiera. No me importaba antes, y ahora menos. Veo a Yuta; la perrita parece que camina mejor, como si le molestase menos la cadera. Entro en casa. En la cocina la encimera está ordenada, no se amontonan sin ton ni son medicamentos, el cenicero, fruta, paquetes de pañuelos, la botella de vino. Miro en la puerta del frigorífico, con un poco de tristeza, el papel con las instrucciones para provocar el vómito de los perros que no voy a poder llevar debajo de un imán pegado a mi brazo. Subo a la primera planta. Las pequeñas ventanas de la escalera están limpias, no tienen restos de la suciedad arrastrada por la lluvia, ni telarañas. El iMac que tenía 12 años se ha convertido en el cacharro ese nuevo con el M1. Amarillo. Entro en la habitación. Cuando me quito los calcetines veo que han desaparecido del tobillo izquierdo los capilares rotos. Me desnudo y tengo el cuerpo perfectamente depilado, y recortado el pelo púbico. Sin canas. Hago una última prueba: me pongo el chaleco lastrado con 25 kilos y me agarro a la barra de dominadas que instalé debajo de la escalera. Con cierto disgusto veo que sigue siendo la que compré en el Decathlon; hago cuatro dominadas estrictas.

Esto ha ocurrido en el lapso de tiempo que va desde las cinco de la tarde hasta ahora. No me extraña que la de Pfizer sea la vacuna con mejor prensa, ni sé cómo cojones se han arreglado para incorporar en ella parte de la agenda 2050.

En definitiva, no tenéis nada que temer. Sospecho que forzando un poco hasta podría intentar follar.

Nah, me da mucha pereza.
Otro junta letras... A ver si sacáis la película para los tuiteros!

:hola
 
Han autorizado Jansenn pero por lo que ya comenté, que en algunas comunidades las tienen sin usar. Pero notificaron a la UE retrasos y este es el plan actual. En mayo recibimos la mitad. En junio ni se sabe.

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