Iron Man 2 demuestra que
John Favreau no sabe dirigir cine, así de claro. La primera parte ya era una sosada de mucho cuidado, pero claro, tal y como se conciben ahora las sagas cinematográficas, uno se acaba acostumbrando a que el primer film sea una especie de presentación de los personajes, y que todo su potencial dramático quede desarrollado en una inmediata secuela. Desgraciadamente, en el caso de
Iron Man 2 nos han engañado (de nuevo, podríamos decir).
En esta segunda parte, tratan de introducirnos varias tramas con conflicto en las que deberíamos de sentir cierta empatía por sus protagonistas: la deriva vital de Ray Stark/Iron Man (
Robert Downey Jr.), el compinche que no le aguanta las tonterías (Don Cheadle), el resentimiento del villano Ivan Vanko (Mickey Rourke), la proto-chorba que siente como Stark se aleja de ella (Gwyneth Paltrow) ... Pero a pesar de todo el (excesivo) tiempo invertido en estos dramillas, la suerte de los personajes nos importa un pimiento. Por desgracia, Favreau no saca ni una interpretación decente de ninguno de ellos. También es verdad que la ausencia de guión tiene mucho que ver, aunque a nadie en Hollywood parecen importarle mucho estas cosas últimamente.
Y si ya hablamos de los secundarios, la cosa ya es de traca. Por un lado, Sam Rockwell haciendo de ridículo villano torpón; por otro, Scarlett Johansson apareciendo para menear el culo por ahí un rato y poco más (si por lo menos fuera esa la mejor parte de su anatomía ...). Como era de esperar, Samuel L. Jackson tiene un pequeño papel de hombre-anuncio (adoptando la forma de Nick Fury), promocionando el futuro megafilm de la casa Marvel,
Los Vengadores. Pero la palma se la lleva el propio John Favreau, dándose un autohomenaje (con dos coj... ) en forma de cansino secundario cómico. Se ve que el actor/director estaba más interesado en su personaje que en dirigir medianamente bien una película de 200 millones de dólares de presupuesto, los cuales, por cierto, no se ven reflejados en ningún momento en pantalla.
Esa es otra,
Iron Man 2 tiene unos efectos especiales sencillamente corrientitos, que encima están restringidos a unas escasísimas escenas de acción que, al contrario de lo que cabría esperar en una secuela, son breves, ruidosas y sin emoción ninguna. A ver, está bien que una película de este estilo preste atención a los personajes y no sea únicamente un espectáculo pirotécnico. Pero es que el equilibrio entre el drama y la acción está descompensadísimo en detrimento de lo segundo, y hombre, no nos olvidemos de que se trata de un film de superhéroes.
En definitiva,
Iron Man 2 es un desastre de película que manda a tomar por saco todo lo bueno que se podía sacar de su floja pero medianamente entretenida predecesora. Ah, y por si aún os quedan ganas de ir a verla y no os habéis enterado aún, hay escena post créditos finales.