Yo si que veo a Ford un cineasta muy sutil y complejo, y para muestra, un botón: el otro día me vi La conquista del oeste, una peli bastante plana, hecha a mayor gloria del cinerama y de una concepción un tanto rancia del pueblo americano... Los episodios dirigidos por Hathaway y Marshall me resultaron bastante obvios, disfrutables nada más por los numerosos alardes técnicos y las espectaculares secuencias de acción.
Sin embargo, el de Ford...
...digamos que no es precisamente lo mejor que ha rodado, pero desde el principio, cambia el tono grandilocuente de la película por uno mucho más intimista, melancólico e incluso desencantado. Ford se encarga de narrar la guerra civil, pero, en vez de hacer hincapié en la espectacularidad de la batalla, nos muestra otras cosas: la despedida del joven idealista, la madre que queda solitaria después de haber enviado a su marido y a su hijo a la guerra, y después... trincheras, suciedad, sangre.
"¿Que honor hay en ver a un tipo con las tripas en la mano?", se pregunta el joven idealista, tras haber vivido una batalla real, herido física y emocionalmente, encargado de cavar tumbas para los muertos. En otro plano, se nos muestra sin contemplaciones como un cuerpo sin identificar es trasladado a un hospital de campaña, donde va a ser operado sobre una mesa de madera que es limpiada de la sangre de los anteriores heridos; el médico lo revisa y dice a los camilleros: "no teníais porqué haberos esforzado, este ya está muerto". Los personajes comentan su nombre como si fuese otro más, el cadaver sale por unos momentos del anonimato para comprobar que se trata del padre del muchacho.
Inmediatamente se despacha al siguiente herido, y el médico pide una sierra con la desencantada cotidianeidad de un carpintero.
Todo ello sucede en apenas 5 minutos de metraje, y está narrado con una sencillez asombrosa que pone de manifiesto numerosos sentimientos y reflexiones sobre la guerra; Ford rehuye la alabanza para mostrarnos un conflicto sin sentido que enfrenta a hermanos y hace a los hombres tomar decisiones de las que no se sienten satisfechos.
Y eso es marca de la casa de este señor...