Respuesta: Nueva Ley del Aborto
Hay tema que me dejan abatido, desolado y en un estado de profunda desesperación. Hemos perdido el juicio, los humanos en general, el sentido común, la proporción y nuestra razón de ser y existir. Hemos dejado de saber qué somos, para qué hemos venido y porqué estamos aquí.
No llego a hacerme una idea de cómo hemos degenerado en nuestra humanidad hasta estos extremos. Cómo un ser humano es capaz de admitir filosoficamente sin que sienta el más mínimo rubor que abortar es una opción aceptable, moral y éticamente admisible. Esta común aceptación provoca en mí un vacío inmenso de desesperanza, un desasosiego terrible que me hunde irremediablemente en el pozo de la tristeza infinita.
Los humanos somos lo que somos. Un mamifero con inteligencia, con pensamiento, son sentimiento, con racionalidad. Un especimen capaz de desenvolverse y sobrevivir en cualquier situación crítica. La razón de nuestra preeminencia sobre el resto de seres vivos. Nuestra capacidad de reproducirnos y su particular proceso tienen muchas lecturas. Reside en la propia indefensión de los mamíferos humanos al nacer, el quid de la cuestión.
La naturaleza, a lo largo de la civilización, ha hecho que el único nacido que necesita de la protección de los padres al nacer sea el ser humano y no hay otra explicación que la necesidad de amor para que eso haya sido así. Es la voluntad , y no el instinto, el que hace que unos padres cuiden a un recién nacido, y esa voluntad es nutrida por el sentimiento del amor, o el afecto, que sólo se da en seres humanos. A pesar de que posiblemente muchos no lo sientan , sólo ese afecto es el que ha hecho que el ser humano haya llegado hasta aquí. Necesitaría muchas páginas para desarrollar esta idea pero no tengo ganas. Aún así ,éste es el motivo por el que me parece tan atroz la idea de abortar de manera voluntaria y sin remordimiento. Me parece el peor pecado que un ser humano puede cometer, una atrocidad sin perdón posible, una miserable cobardia impropia del ser más agraciado de la naturaleza, un ser desagradecido con su mayor bendición. Dar la vida, una decisión de ingente responsabilidad, un don divino, pisoteado con insolente desfachatez. El mundo ha enfermado desde que la conciencia del ser humano ha aceptado semejante desvarío sin conmoverse.
La posibilidad de ser padre o madre traspasa la propia voluntad del hombre. Tiene esa posibilidad sin necesidad de que se le pida opinión. La naturaleza se la otorga, por eso es un don. No depende de la voluntad que el cuerpo humano tenga esa constitución. No depende de la voluntad que la mujer pueda tener hijos , depende de su voluntad el querer tenerlos. Tampoco depende de la voluntad consciente que sean necesarios los dos géneros para poder procrear. Está ahí y punto. No es algo debatible. Es la naturaleza.
Por eso la mujer ,cuando alude al derecho a decidir sobre el propio cuerpo, para reclamar el derecho a abortar cuando se ha quedado embarazada ,se equivoca de pleno. Lo que otorga la naturaleza es el derecho a decidir quedarse o no embarazada. La naturaleza no te da el derecho a interrumpir un embarazo. Nadie se queda embarazada sin haber hecho el acto sexual, actividad imprescindible para el embarazo. Una mujer es libre para realizarlo una y mil veces, cosa que aconsejo encarecidamente, al igual que un hombre, al que le aconsejo lo mismo, y en eso son libres. Pero no lo son en cuanto, fruto de esa actividad, se queda una mujer embarazada. Ahí se acaba su libre albedrío. No es admisible, ni por un instante, que una mujer pueda decidir elininar una vida humana. No es su derecho. Una mujer es esclava de su constitución, de lo que su cuerpo es capaz de producir. No acepta voluntariamente su condición de mujer y su capacidad de fertilidad es sobrevenida por esa misma condición. Al igual que el hombre.
Así pues, donde su capacidad de decidir acaba, hasta donde su voluntad tiene el derecho de llegar, empieza el derecho de un nuevo ser vivo. Y hay que apechugar con ese desliz si no es voluntario. Si no se ha sido capaz de impedir el embarazo habiendo mecanismos para ello una mujer que queda embarazada debe llegar hasta el final y una vez nacido el hijo decidir con el padre, en el caso de que siga cerca, qué hacer con esa criatura. Darlo en adopción o aceptar la responsabilidad de criarlo. Pero nada más. Impedir que nazca no tiene perdón. Abortar porque no se tienen medios económicos para mantenerlo o porque le queda toda la vida por delante a la madre o porque no le apetece es inaudito. Aceptar eso socialmente es una monstruosidad que envilece al ser humano hasta hacer inmerecido que exista como especie. Porque la vida y la capacidad de crearla es la fuente de nuestra existencia, el origen de todo.
No se puede segar una vida por propia voluntad. Es que este concepto, el de abortar, me provoca tal magnitud de dolor moral que me aturde pensar en ello. Me averguenzo de ser persona aún no siendo partícipe o cómplice de ello. Por pertenecer a una raza de seres vivos capaces de algo semejante. De la mayor de las atrocidades. De renunciar a ser humanos.
Por eso ante leyes como las que se pretenden aprobar me quedo paralizado, sin palabras, incrédulo y asombrado del punto al que hemos llegado. No hay esperanza. Por eso la naturaleza se revela porque hemos roto con la regla más sagrada, con el don más sagrado. Eso no se nos va a perdonar.