Quiero comenzar a correr

Yo tengo tres posibles escenarios en la búsqueda de la mínima para Boston:
A- sub 3h
B- sub 3h05
C- sub 3h10
Todo lo que no sea una de esas tres posibilidades será un fracaso. Puedo sonar muy exigente conmigo mismo pero he entrenado muy duro y no hay otra vía, es innegociable.

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Quizás el objetivo inicial del sub-3 era demasiado ambicioso, o quizás no. Los entrenamientos habían salido bien, el test de la mitja y el maratest también, así que había que intentarlo sí o sí, no quedaba otra opción y no quería quedarme con la duda de si sería capaz.

Han sido 14 semanas durísimas entrenando con los compañeros del Club Esportiu Mediterrani, unas fieras que han sacado lo mejor de mí y han llevado mi cuerpo al límite.

14 semanas en las que he echado mucho, muchísimo de menos a mis compañeras de entreno habituales, Carolina y Verónica. No se pueden llegar a imaginar hasta qué punto.

Habíamos salido un pequeño grupo compacto con la idea de intentar las 3 horas. Salida rápida y sin saber cómo ya estamos en el km 5. Aflojamos un poco para subir la Diagonal y cuando me quiero dar cuenta ya estamos en el 10. Madre mía, qué rápido se me están pasando los km.

14 semanas para jugárselo todo a una carta (la señora maratón es así de caprichosa), y en el km35 se acabó la gasolina. Vino el tío del mazo, el de la llave inglesa y el de la caja de herramientas completa. Llega un compañero (David) y me uno a él pero no puedo aguantar el ritmo y le digo que tire solo.

El objetivo final y que justificaba todo el sacrificio no era el sub-3. Barcelona no era el fin si no un medio. Había que tirar de experiencia y dejarse el alma para cruzar meta antes de las 3h10 y se consiguió aunque los últimos 7km fueron una agonía. Sobre la línea de meta se me subieron los isquios pero ahí estaba David dispuesto al rescate.

3:06:17 Virtualmente Boston Qualifier. Ritmo medio de 4:25. Todo un orgullo para cualquier persona que se considere maratoniano. Hachazo de más de 11 minutos a mi antigua marca conseguida en Valencia en 2016.
En septiembre vendrá la confirmación de la organización de si estoy dentro. Según mi baremo de edad nunca nadie con un 3:10 se ha quedado fuera así que debería ser marca suficiente.

Volveré a intentarlo más pronto que tarde, de eso no tengo duda, porque aunque el cementerio esté lleno, el mundo es de los valientes.

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@Leonard Shelby , cómo fue la cosa?
 
Quizás el objetivo inicial del sub-3 era demasiado ambicioso, o quizás no. Los entrenamientos habían salido bien, el test de la mitja y el maratest también, así que había que intentarlo sí o sí, no quedaba otra opción y no quería quedarme con la duda de si sería capaz.

Han sido 14 semanas durísimas entrenando con los compañeros del Club Esportiu Mediterrani, unas fieras que han sacado lo mejor de mí y han llevado mi cuerpo al límite.

14 semanas en las que he echado mucho, muchísimo de menos a mis compañeras de entreno habituales, Carolina y Verónica. No se pueden llegar a imaginar hasta qué punto.

Habíamos salido un pequeño grupo compacto con la idea de intentar las 3 horas. Salida rápida y sin saber cómo ya estamos en el km 5. Aflojamos un poco para subir la Diagonal y cuando me quiero dar cuenta ya estamos en el 10. Madre mía, qué rápido se me están pasando los km.

14 semanas para jugárselo todo a una carta (la señora maratón es así de caprichosa), y en el km35 se acabó la gasolina. Vino el tío del mazo, el de la llave inglesa y el de la caja de herramientas completa. Llega un compañero (David) y me uno a él pero no puedo aguantar el ritmo y le digo que tire solo.

El objetivo final y que justificaba todo el sacrificio no era el sub-3. Barcelona no era el fin si no un medio. Había que tirar de experiencia y dejarse el alma para cruzar meta antes de las 3h10 y se consiguió aunque los últimos 7km fueron una agonía. Sobre la línea de meta se me subieron los isquios pero ahí estaba David dispuesto al rescate.

3:06:17 Virtualmente Boston Qualifier. Ritmo medio de 4:25. Todo un orgullo para cualquier persona que se considere maratoniano. Hachazo de más de 11 minutos a mi antigua marca conseguida en Valencia en 2016.
En septiembre vendrá la confirmación de la organización de si estoy dentro. Según mi baremo de edad nunca nadie con un 3:10 se ha quedado fuera así que debería ser marca suficiente.

Volveré a intentarlo más pronto que tarde, de eso no tengo duda, porque aunque el cementerio esté lleno, el mundo es de los valientes.

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@Leonard Shelby , cómo fue la cosa?

Espero que vayas a Boston y entres bailando. :garrulo
 
Llego el sábado por la tarde a la feria del corredor para recoger el dorsal, estoy dando una vuelta y me quedo mirando a una persona, su cara me suena mucho pero no se exactamente de que, va con una chica alta y morena y me quedo pensando quien es....cinco minutos después mi cabeza procesa, es @Esquimal! Me suena su cara de alguna foto del foro, me doy la vuelta a ver si le veo para saludarle pero ya había desaparecido. En realidad no se si eras tu o no pero me lo tome como un buen augurio....

Y así fue, llegamos con tiempo, dejamos la ropa y nos dirigimos a la línea de salida, me he metido en el último cajón con mi amigo para intentar salir con las liebres de cuatro horas, hay mucha gente y no se puede llegar hasta ellas pero las tenemos a una distancia prudencial. Mi amigo llega lesionado de la rodilla con lo cual decide ir más despacio al principio, si está bien intentará cogerme más adelante. Salimos y hay mucha gente pero se puede correr bien, la salida es muy amplia y desde el principio se coge ritmo sin problema. Había visto que los siete primeros kilómetros eran en subida con lo cual decido tomármelo con calma.

Los kilómetros pasan rápidos, llego al 15 casi sin enterarme, me encuentro bien y voy a ritmo constante así que la cosa pinta bien, decido ponerme un poco de música para ir más distraído. Llegamos a mitad de carrera con 2:00:33, así que el objetivo de las 4 horas es alcanzable, me cruzo con mi amigo en la Meridiana y parece que aguanta, eso me anima.

Del 21 al 32 decido apretar un poquillo para tener a tiro el sub-4, y llego al temido 32 con bastantes fuerzas, veo gente alrededor andando y estirando, viene lo duro así que último gel y a aguantar. Los últimos 7 kilómetros se hacen eternos, voy bien pero el viento de cara está causando estragos, solo queda apretar los dientes y aguantar. Por fin a lo lejos veo la línea de meta, último esfuerzo! Alguien me grita desde el público animando, es mi amigo que no la ha conseguido, pequeño bajón pero solo queda el último sprint así que aprieto el ritmo. Cruzo la meta con 3:59:17, objetivo más que cumplido. Paro y me empieza a doler todo, el gemelo me hace un amago de subirse pero se aguanta, una chica me pone la medalla con una preciosa sonrisa y me da la enhorabuena, por unos segundos soy la persona más feliz del mundo.....

Y se acabo, preciosa experiencia que disfrute del primer hasta el último metro. Pensando en todo el proceso desde que empece a prepararme allá en octubre puede que la tendinitis que tuve a la larga me haya beneficiado, fui muy prudente desde el principio y eso hizo que no sufriera casi en ningún momento. Dije que iba a ser mi primera y última maratón pero quien sabe....

P.D: Esquimal, eres una bestia :hail
 
Última edición:
Llego el sábado por la tarde a la feria del corredor para recoger el dorsal, estoy dando una vuelta y me quedo mirando a una persona, su cara me suena mucho pero no se exactamente de que, va con una chica alta y morena y me quedo pensando quien es....cinco minutos después mi cabeza procesa, es @Esquimal! Me suena su cara de alguna foto del foro, me doy la vuelta a ver si le veo para saludarle pero ya había desaparecido.

Pues sí que sería yo ya que el hijo de Carolina (la morenaza alta) corría la Kids Race y fui a ver al peque correr. Después aprovechamos para dar un último vistazo a la feria del corredor.

Me alegro de que hayas disfrutado tanto tu primer maratón lo que me hace pensar que no será la última ni de coña. Yo en la primera sufrí muchísimo y ya llevo 14
 
Hola:

Me he propuesto hacer algo de deporte, pero como el correr me cansa mucho y aburre más, he pesando en hacer bici estática en casa además de andar una horita todos los días para ir y volver del trabajo.

¿Qué aplicación de IOS me recomendáis que use para controlar mis progresos?
 
Señores, puedo decir sin miedo a equivocarme que en estos momentos soy una de las personas más felices del mundo.
El dia 14 de septiembre era el señalado para que las personas que acreditábamos marca de más de 5 minutos por debajo de la mínima exigida (en mi caso 3h15) hiciéramos la inscripción. Lo peor de todo este proceso es no saber si la marca conseguida (3h06) era suficiente y la espera al correo de la organización dónde te informan si estás o no admitido en la carrera.
Pues bien, el correo ha llegado:

El 15 de abril de 2019 estaré en Hopkinton, en la línea de salida de la 123 Boston Marathon.

La MAJOR, el MARATÓN, el sueño de todos los que nos consideramos maratonianos... y a pesar de haber estado lesionado 5 meses tras el maratón de Barcelona por llevar mi cuerpo al límite ahora puedo decir que todo el esfuerzo y sacrificio, cada maldita serie, mereció la pena.
Soy Boston Qualifier, y lo puedo decir con la cabeza bien alta porque esta vez sí, me lo gané en el asfalto. ;)
 
Última edición:
Enhorabuena!!!, un sueño cumplido :palmas:palmas:palmas
Entiendo muy bien esa sensación de frustración por la lesión. Yo llevo 8 meses lesionado y ahora estoy volviendo a correr y me está costando la vida. El objetivo es poder correr un maratón el año que viene.
Ni de lejos llego a tus marcas, pero correr un maratón... es algo increíble.
 
Hola:

Me he propuesto hacer algo de deporte, pero como el correr me cansa mucho y aburre más, he pesando en hacer bici estática en casa además de andar una horita todos los días para ir y volver del trabajo.

¿Qué aplicación de IOS me recomendáis que use para controlar mis progresos?

Yo para correr uso Strava y Endomondo, la primera creo que es mucho más completa.
 
Termino mi temporada de trail running con 3 carreras a las espaldas: una ultra de 75 km(transvulcania), un maratón(covadonga) y una media maratón(vulcan race en tenerife).

Para el año que viene intentaré hacer 2 ultras, la primera confirmada es la ultra de Madeira de 85km el 27 de Abril. A entrenar y prepararse bien, es lo que toca.
 
Hace tiempo que leo este hilo. No he comentado nada por aquí porque me parece que estáis a otro nivel.

Me considero un runner ocasional. Hace unos 4 años que me dio por hacer algo de deporte. Hace mucho más tiempo iba al gimnasio, pero lo dejé. Comencé yendo a las máquinas que hay en algunos parques, y luego viendo a la gente que corría me empezó a picar el gusanillo. Vivo en Valencia y lo cierto es que hay una zona fabulosa para correr, el antiguo cauce del río. Así que poco a poco empecé a salir a correr y dejar las máquinas.

Como he dicho soy ocasional. No le dedico mucho tiempo, unos 3 días a la semana, y entre semana aprovecho cuando mi mujer no viene a comer haciendo 6-8 km, no más. Los fines de semana (domingo) puedo salir más rato y hago unos 12-15. Hasta hace un año salía sin reloj gps ni cinta cardíaca. Realmente no considero que me "guste" correr, me obligo a ello porque me encuentro mejor y pensando en el futuro quisiera envejecer "bien". A la hora de estar corriendo ya tengo ganas de acabar... jajaja. Pero también me gusta ver que estoy en igual o mejor forma física que cuando tenía 17-18 años, que tampoco quería decir mucho. Me reconforta.

Mis tiempos no tiene nada que ver con los vuestros... Estoy rondando los 30 min en 6k y los 41-42 los 8k. Este año hice la 15k nocturna de Valencia en unos 1:26 min.

El motivo de que escriba es simplemente para comentar que el día 28 es el medio maraton de Valencia. Será mi primer medio maraton. El año pasado estuve a punto de inscribirme pero tuve una lesión. Mi objetivo es bajar de las dos horas. Ya os contaré.
 
Hace tiempo que leo este hilo. No he comentado nada por aquí porque me parece que estáis a otro nivel.

Me considero un runner ocasional. Hace unos 4 años que me dio por hacer algo de deporte. Hace mucho más tiempo iba al gimnasio, pero lo dejé. Comencé yendo a las máquinas que hay en algunos parques, y luego viendo a la gente que corría me empezó a picar el gusanillo. Vivo en Valencia y lo cierto es que hay una zona fabulosa para correr, el antiguo cauce del río. Así que poco a poco empecé a salir a correr y dejar las máquinas.

Como he dicho soy ocasional. No le dedico mucho tiempo, unos 3 días a la semana, y entre semana aprovecho cuando mi mujer no viene a comer haciendo 6-8 km, no más. Los fines de semana (domingo) puedo salir más rato y hago unos 12-15. Hasta hace un año salía sin reloj gps ni cinta cardíaca. Realmente no considero que me "guste" correr, me obligo a ello porque me encuentro mejor y pensando en el futuro quisiera envejecer "bien". A la hora de estar corriendo ya tengo ganas de acabar... jajaja. Pero también me gusta ver que estoy en igual o mejor forma física que cuando tenía 17-18 años, que tampoco quería decir mucho. Me reconforta.

Mis tiempos no tiene nada que ver con los vuestros... Estoy rondando los 30 min en 6k y los 41-42 los 8k. Este año hice la 15k nocturna de Valencia en unos 1:26 min.

El motivo de que escriba es simplemente para comentar que el día 28 es el medio maraton de Valencia. Será mi primer medio maraton. El año pasado estuve a punto de inscribirme pero tuve una lesión. Mi objetivo es bajar de las dos horas. Ya os contaré.

Esquimal es un fuera de serie,el resto simples mortales.
 
Medio maratón Valencia 2018

Días previos.
El domingo pasado ( el 21) salí a hacer el último test. Quería hacer más de 15 k, que era lo que llevaba haciendo los domingos del último mes y medio, para comprobar si realmente se me iba a hacer larga la distancia. Hice 18k. Comencé de un modo conservador, pues cuando pretendo ir a más ritmo inicialmente lo acabo pagando, a 5:50 el km durante los 6-7 primeros km, y luego fui subiendo el ritmo. Me encontraba muy bien y acabé haciendo los últimos 5 a unos 5:25. Mi promedio fue de 5:38. Suficiente para bajar de las dos horas en el medio maratón.
Cuando acabo "bien" siempre me surge la duda de que podía haber apretado más desde el inicio, sin embargo, algunas veces cuando lo he hecho no he conseguido acabar la distancia propuesta. Entonces prefiero ir un poco más despacio al principio.
Iba a salir desde el cajón +2horas. Cuando me apunté no tenía muy claro si podía conseguir bajar de esas dos horas y no quería "autopresionarme", por eso escogí ese cajón. El pasado domingo dudé de si cambiar de cajón, pero al final pensé que no y lo dejé estar.

La carrera. 28 de octubre.
Día frío. Habían bajado las temperaturas mucho en apenas dos días.
Espero a meterme en el cajón, hay mucha gente. Los prácticos de las 2 horas han salido antes, a las 9:06. Yo salgo después con los últimos, a las 9:12. No voy a tener referencia visual, pero bueno, no me importa demasiado. Voy sólo, como siempre, no tengo familiares ni amigos que les guste el running y como salgo a correr a horas variadas y cuando puedo, tampoco tengo un grupo que se junte para salir a correr.
Dan la salida y la carrera me lleva a un ritmo que no pensaba llevar de inicio, a 5:40. Como ocurre en estas cosas, y a pesar de que me digo "afloja, un poco", sigo a este ritmo. Me encuentro bien. Mi mujer me va a ver en el km 8,5. La saludo. Por entonces voy adelantando a más gente de la que me adelanta. Miro el reloj y compruebo que estoy yendo un poco más rápido. Como ya estoy en tiempos para bajar las dos horas sé que lo único que tengo que hacer es mantenerme así.
Van pasando los km y me sigo encontrando muy bien. Hecho un ojo a mis pulsaciones por el km 15, 164 ppm, para mí muy buenas. No tengo fatiga. A nivel cardio-respiratorio voy francamente bien. Y llego a los 18k, y ahí es cuando noto la fatiga en las piernas, comienzan a "endurecerse" (no se como decirlo técnicamente) pero no quiero aflojar. Personalmente me parecía que estaba yendo a menos, luego en realidad no fue así. Quería ir más rápido pero mis piernas no me respondían. También tenía miedo que se me subiera el gemelo, o se me agarrotaran las piernas. Pero sufrí. Y se me hicieron duros los últimos 3 km.

Y entré con un maravilloso 1:58:02. A 5:36 km/min
Cada 5km mejor que los anteriores. De menos a más.

El ganador batió el récord del mundo del medio maratón. Se dice que Valencia, al ser muy llana es muy rápida, y este año cambiaron el trazado para tener muy pocas curvas e intentar precisamente eso, batir el récord del mundo. Así que si Esquimal quiere batir su propio récord, que se venga algún año por aquí :D
 
Esta mañana ha sido el maratón de Valencia. No, no lo he hecho, pues para mí a día de hoy es una distancia muy larga y ni tengo el tiempo necesario para hacer salidas muy largas, ni tampoco ganas.

Pero mirando las noticias me he encontrado con una muy curiosa y quería compartirla. En una que hablaba de famosos que habían participado, resulta que Dabiz Muñoz lo ha hecho en el maratón y Cristina Pedroche en la 10k que se celebraba simultáneamente. Lo extraordinario, porque desconocía su forma física, ha sido el tiempazo de Dabiz Muñoz: 2 h 55 m 22 s
 
El día 8 de junio haré mi primera carrera internacional de trail running. Estaré en Dolomiti extreme en Fondo di Zoldo(Italia) en la distancia de 53 km y 8000 m de desnivel acumulado.
Esperemos que sea un día inolvidable y pueda bajar de 10 horas, que es el objetivo que más o menos me he marcado(aunque el verdadero es acabar).

Para el 6 de octubre estoy inscrito para la ultra trail madeira en la distancia de 83 km.
 
Qué parado está esto y mira que han pasado cosas interesantes.

Primero de todo, @Dave Mustaine, que vaya muy bien por Italia este fin de semana. Deja el pabellón bien alto que en esto del trail eres el crack del foro pero sobretodo pásatelo bien.

Os pego el tocho que escribí tras correr Boston:

Para entender lo que significó Boston para mí y el porqué del devenir de la prueba requiere retroceder muchos meses atrás, tantos como a marzo de 2018.

Finaliza la marató de Barcelona para el que entrené como nunca lo había hecho, récord de kilómetros y sobretodo muchos entrenos de calidad con muchas series, algo que casi no suelo hacer, y que me lleva a conseguir la ansiada mínima para participar en Boston. Todos quieren correr en NY pero el que se considera maratoniano, sabe que el verdadero maratón, el histórico, el que mantiene la mítica intacta es Boston.

Dejo al cuerpo descansar un par de semanas y vuelvo a los entrenamientos con rodajes muy suaves pero al segundo o tercer día noto que algo no está bien. Empieza como una leve molestia en mi tobillo izquierdo que no me impide correr de forma suave acompañando a los amigos en el corte inglés pero en Bombers el cuerpo dice basta. La molestia ya es un dolor intenso y visito al fisio de confianza. El diagnóstico: tendinopatía del tibial posterior.

Parada obligatoria y ejercicios en casa, no me queda otra. Pienso para mí que esto en 2 semanas está resuelto. Las 2 semanas se convierten en un mes, 2 meses… y llego hasta el punto de perder la confianza en mi fisio. Decido visitar a otro especialista y me confirma el diagnóstico. Tras varias sesiones infructuosas vuelvo a mi fisio.

Los meses siguen pasando y llega agosto. En la piscina del pueblo leo “Reyes del asfalto” que habla de las míticas batallas entre Alberto Salazar y Bill Rodgers y no hace más que hacerme desear poder correr en Boston. Y en octubre como vino, el dolor se fue. Así, sin avisar. Empiezo a entrenar muy poco a poco y consigo completar el Correbarri.

Resulta que estaba inscrito a Valencia desde marzo así que pensé que aunque no pudiera completarla entera podría acompañar a Carolina la segunda mitad. Empiezo a entrenar con ella y en la marató del Mediterrani noto una leve molestia en el otro tobillo, el derecho. 4 días después la acompaño en la cursa de l’Amistat y al acabar sé que no podré correr en Valencia. Vuelta al fisio: bloqueo del astrágalo que me impide dar 2 zancadas seguidas.

Y así hasta llegar al punto de no retorno que me había impuesto, el 1 de enero. Si ese día no podía empezar a correr debería decir adiós al sueño de Boston. Ese día consigo completar 5 kilómetros sin apenas molestias pero con la moral hundida. He engordado 7 kilos y estoy muy lento. Corro con miedo a lesionarme de nuevo y con la confianza por los suelos.

Me planteo un plan de entrenamiento de mínimos de 14 semanas con 4 para coger un poco de forma y 10 para entrenar el maratón propiamente dicho. Parto de 0. En la última semana de la puesta a punto me hago una contractura en un cuádriceps que me tiene una semana parado. Primer mazazo y una semana menos. Vuelvo a los entrenos y tras 2 semanas nuevo contratiempo, el tobillo vuelve a molestar. Otra semana perdida.

La inseguridad y el miedo a una recaída son constantes durante todo el plan de entrenamiento. La confianza anda bajo mínimos pero por fin consigo encarrilar 4 semanas seguidas sin molestias. Me pongo a dieta y empiezo a bajar peso a la vez que el cuerpo comienza a reaccionar positivamente al entrenamiento y eso empieza a animarme. Y llega el momento de viajar a Boston, con 6 kilos menos y sólo 600km entrenados, pero con la “seguridad” de tener un mínimo de posibilidades de llegar a meta.

Llega el momento de hacer la mochila con todo lo necesario y hacia el aeropuerto de madrugada en bus. Quería hacer un viaje low-cost intentando gastar casi exclusivamente lo necesario. El vuelo lo había comprado en septiembre a muy buen precio con escala en Amsterdam a la ida y en Atlanta a la vuelta. Me alojaría en el Hi-hostel y desde ya puedo decir que fue una decisión acertadísima. Compartí habitación con 6 personas (4 de ellos también corrieron) y hubo muy buen rollo. El precio para ser un hostel no era tan económico como cuando corrí en NY pero tenía un factor determinante: localización. A 5 minutos andando del lugar en el que se cogen los buses para ir a Hopkinton y a otros 5 desde que sales de la zona de meta.

El mismo día que llegué ya me fui de turismo por la tarde. Visita imprescindible a Harvard y el MIT, imponentes ambos lugares. El viernes quedé con Víctor, Judith, David y Vanesa y recorrimos juntos el Freedom trail. Cuando les dejé camino de Cambridge no pude evitar ir a hacer una primera visita a la expo. Recogida de dorsal sin ninguna cola y a comprar la celebration jacket. Como la S de chico tenía las mangas muy largas y abiertas acabé comprándome la M de chica, que tenía las mangas cerradas y me quedaba como un guante.

El sábado más turismo. Aprovechando el weekend pass del tren (10$ con viajes ilimitados a cualquier zona) fui a Foxborough, a visitar el Hall of fame de los New England Patriots ya que soy un gran seguidor. Por la tarde cambié el suroeste por el nordeste y visité Salem. Muy turístico pero me pareció una población muy bonita. El domingo comida con los compañeros correcats y tarde de relax y descanso para lo que se avecinaba.

Y llegamos al Patriots Day. Mientras desayunaba en el hostel miraba por la ventana y el panorama era desolador. Una tormenta de las que asustan de verdad. A pesar de que a los de la primera ola nos recomendaban coger el bus de 6 a 6:45 decidí acudir más tarde. Si el tiempo iba a ser así de malo quería tener que estar el mínimo tiempo posible en el village esperando la salida. Salí del hostel bien tapado y con una capelina del maratón de Barcelona y al llegar al bus tuve que esperar bajo la lluvia casi 10 minutos antes de montar. A esas alturas ya llevaba los pies chorreando, por suerte llevaba unos calcetines de repuesto.

El tiempo era tan malo que lo que normalmente es un trayecto de unos 50 minutos se convirtió en casi hora y media. Llegué al village media hora antes de empezar y afortunadamente ya no llovía ni tenía pinta de que lo volviera a hacer. Sin tiempo que perder me quité el chándal, me sequé los pies y me puse los calcetines secos. Ya en tirantes directo a la salida del village y paseo de casi un kilómetro hacia los corrales de salida. Es una sensación muy extraña. Vas caminando entre casitas y los vecinos están en su jardín animándote mientras te diriges hacia ellos.

Justo cuando estoy llegando a los corrales suena el himno de EEUU y todo el mundo se detiene en silencio. En el mismo momento en el que cantan la última palabra sobrevuelan nuestras cabezas entre las nubes dos cazas con un sonido atronador. Gallina de piel, de esos momentos que se te quedan grabados para siempre.

Entro a mi corral, el 8, y soy consciente por primera vez de que no es un sueño, estoy ahí, en la salida del maratón de Boston. “Welcome to Hopkinton. It all starts here”. En ese preciso instante, rodeado de todos los corredores, rompo a llorar.

Dan la salida y enseguida empezamos a avanzar posiciones. En menos de 4 minutos estoy a punto de empezar la carrera. Enciendo la cámara que estuve a punto de dejar en la habitación por el mal tiempo (menos mal que me la jugué) y casi sin tener tiempo de asimilarlo cruzo la línea de salida. No puedo evitar emocionarme pero hay que llegar a Boston, si no todo el esfuerzo no habrá servido para nada.

Primer km de bajada muy pronunciada pero intento retenerme mucho. El objetivo es que los parciales de 5k hasta llegar a las Newton Hills sean más o menos de 25 minutos. Una vez allí aflojar todo lo que sea necesario, incluso andando si hace falta, para una vez pasada la Heartbreak Hill volver a subir el ritmo en las últimas 5 millas “favorables”. Llego al km1 y me sorprende que estén marcados todos los puntos kilométricos, y entonces pum, un pedazo repecho. Son sólo 200m pero es toda una declaración de intenciones. Bienvenido a Boston.

La cosa discurre con normalidad pero al tercer kilómetro empiezo a notar que algo no va bien en mi tobillo derecho. Es una sensación extraña. A veces me molesta la parte trasera y a veces la delantera. No me puedo creer que me esté sucediendo esto. Intento evadirme de las molestias mirando el paisaje y poco a poco empieza a suceder algo que se me había pasado por la cabeza que pudiera ocurrir. Al salir del penúltimo corral de la ola e ir más lento del ritmo al que se supone que debe correr alguien que sale de la ola 1 me encuentro casi solo a la altura del km5. La siguiente ola no sale hasta 30 minutos después así que fui “paseando” casi en solitario más de 20 kilómetros.

Por suerte las molestias desaparecen por el km 8 y puedo rodar ya con normalidad. Primer parcial clavado en 24:59, segundo en 25:26, tercero en 25:59. Parece que todo está en su sitio y casi voy marcando los tiempos que me había propuesto. Y con un parcial de 25:52 llego al km 20, el Wellesley College. Hay que correr Boston para vivirlo en persona porque es indescriptible lo que se siente allí. Antes de llegar ya estás escuchando los gritos de los cientos de chicas que están allí animando con sus carteles, reclamando un beso.

Alargo el brazo y empiezo a chocar todas y cada una de las manos. Es curioso pero no me arranco a dar ningún beso, me entra vergüenza (a estas alturas de la vida) hasta que una chica a lo lejos me señala y se apunta con el dedo índice en la mejilla. Pues nada, allá que vamos. Carcajadas de las amigas y adiós vergüenza. Sigo corriendo y otra que quiere beso. Pues nada, un beso para ti y otro para tu amiga ya que estamos, todos en la mejilla eso sí. Miro el reloj y voy a 4:25 cuando llevo toda la carrera por encima de 5. Menudo subidón con el cachondeo que tienen allí montado.

Paso por la media en 1:47:45 y el último parcial ha sido de 25:38. Todo está saliendo de fábula y ahora toca afrontar la parte “más dura” de la carrera. El que se supone debe ser el kilómetro más rápido lo hago a 5:05 lo que no augura nada bueno. Llego a Newton y empieza a alcanzarme la gente de la segunda ola, algo que sabía que sucedería tarde o temprano. Se le suma la enorme humedad que llevamos padeciendo desde el inicio, la alta temperatura y que las nubes han dado paso a un sol inclemente. Es la tormenta perfecta. La cosa viene en mal momento ya que se avecina la primera colina que subo reservando pero a buen ritmo. Tramo de llano y al llegar a la segunda colina, en el km 28, sin saber cómo ni por qué no hay fuerzas.

Es algo que sucede sin que te des cuenta. El continuo sube y baja va machacando tus piernas poco a poco y entonces, en el momento en que más falta te hacen, ya no están. Todos nos empecinamos tanto en centrar nuestra atención en esas 5 millas (de la 16 a la 21) que no nos hacemos a la idea de lo traicioneras que son las 16 millas iniciales. Las gráficas de altimetría no son capaces de mostrar cuál es la dureza real de toda esa parte previa del trazado y no estaba preparado para lo que venía después. A partir de aquí los parciales se van al cuerno.

Así pues, plan B. Sufrir sabía que sufriría así que decidí sacar la cámara en la tercera colina y disfrutar todo lo que pude del ambiente. En el llano conseguí recuperar algo y aunque parte de la Heartbreak Hill la hice andando pude correr bastante parte de la última subida. En el fondo cuando estás allí te das cuenta de que no son tan temibles como se dice. Pensaba que al coronarla podría recuperar el ritmo hasta meta en los 8 kilómetros que quedaban de “bajada” pero las piernas no podían del dolor. Era una sensación terrible ver que te costaba la vida mantener el ritmo a 5 incluso bajando.

Tocaba tirar de experiencia y comencé a ponerme pequeñas metas. El objetivo era correr un kilómetro y luego caminar unos metros mientras reordenaba la cabeza, me hidrataba y relajaba las piernas. Buscaba las botellas de agua que daba la gente porque a pesar de que cada milla hay avituallamiento no daba abasto para hidratarme. Miraba de vez en cuando el reloj y a pesar de que el tiempo no me importaba las 4 horas se avecinaban y me daba mucha rabia no conseguir bajar ni siquiera de esa marca, así que tocó hacer un último esfuerzo.

La recta de meta se hace eterna. Quieres llegar como sea para cruzarla y que se acabe pero a la vez te entristece porque sabes que has vivido algo único e irrepetible y llega a su fin. Acabo en 3:58:53. Ha ido por los pelos pero al final lo has conseguido. Hace 4 meses no podías dar 2 zancadas seguidas (literal) sin rabiar de dolor y ahora te están colgando en el cuello esa preciosa medalla, ese unicornio, que tanto significaba para ti.
Ya tienes tu unicornio. Sólo tú sabes lo mucho que has tenido que sufrir para tenerlo en tu cuello y no me refiero a correr esos 42 traicioneros kilómetros que separan Hopkinton de Boston.
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Como dice un conocido América para los americanos, pero que me esperen una última vez allí que Chicago me hará completar la triada de las Majors americanas en 2020 si todo sale según lo planeado.

Aquí os dejo un pequeño video de lo que fue esta odisea:


Ahora mismo estoy muy lento, lejísimos de mis tiempos previos a la lesión pero me lo tomo con filosofía. Este finde vuelvo al triatlón para seguir aprendiendo en distancia sprint y en una semana toca volver al trail para hacer una de las etapas nocturnas en una prueba por relevos de 200km, la Garmin Team Trail.
Después del verano será momento de empezar a recuperar el nivel perdido sin prisa pero sin pausa.
 
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Qué parado está esto y mira que han pasado cosas interesantes.

Primero de todo, @Dave Mustaine, que vaya muy bien por Italia este fin de semana. Deja el pabellón bien alto que en esto del trail eres el crack del foro pero sobretodo pásatelo bien.

Os pego el tocho que escribí tras correr Boston:

Para entender lo que significó Boston para mí y el porqué del devenir de la prueba requiere retroceder muchos meses atrás, tantos como a marzo de 2018.

Finaliza la marató de Barcelona para el que entrené como nunca lo había hecho, récord de kilómetros y sobretodo muchos entrenos de calidad con muchas series, algo que casi no suelo hacer, y que me lleva a conseguir la ansiada mínima para participar en Boston. Todos quieren correr en NY pero el que se considera maratoniano, sabe que el verdadero maratón, el histórico, el que mantiene la mítica intacta es Boston.

Dejo al cuerpo descansar un par de semanas y vuelvo a los entrenamientos con rodajes muy suaves pero al segundo o tercer día noto que algo no está bien. Empieza como una leve molestia en mi tobillo izquierdo que no me impide correr de forma suave acompañando a los amigos en el corte inglés pero en Bombers el cuerpo dice basta. La molestia ya es un dolor intenso y visito al fisio de confianza. El diagnóstico: tendinopatía del tibial posterior.

Parada obligatoria y ejercicios en casa, no me queda otra. Pienso para mí que esto en 2 semanas está resuelto. Las 2 semanas se convierten en un mes, 2 meses… y llego hasta el punto de perder la confianza en mi fisio. Decido visitar a otro especialista y me confirma el diagnóstico. Tras varias sesiones infructuosas vuelvo a mi fisio.

Los meses siguen pasando y llega agosto. En la piscina del pueblo leo “Reyes del asfalto” que habla de las míticas batallas entre Alberto Salazar y Bill Rodgers y no hace más que hacerme desear poder correr en Boston. Y en octubre como vino, el dolor se fue. Así, sin avisar. Empiezo a entrenar muy poco a poco y consigo completar el Correbarri.

Resulta que estaba inscrito a Valencia desde marzo así que pensé que aunque no pudiera completarla entera podría acompañar a Carolina la segunda mitad. Empiezo a entrenar con ella y en la marató del Mediterrani noto una leve molestia en el otro tobillo, el derecho. 4 días después la acompaño en la cursa de l’Amistat y al acabar sé que no podré correr en Valencia. Vuelta al fisio: bloqueo del astrágalo que me impide dar 2 zancadas seguidas.

Y así hasta llegar al punto de no retorno que me había impuesto, el 1 de enero. Si ese día no podía empezar a correr debería decir adiós al sueño de Boston. Ese día consigo completar 5 kilómetros sin apenas molestias pero con la moral hundida. He engordado 7 kilos y estoy muy lento. Corro con miedo a lesionarme de nuevo y con la confianza por los suelos.

Me planteo un plan de entrenamiento de mínimos de 14 semanas con 4 para coger un poco de forma y 10 para entrenar el maratón propiamente dicho. Parto de 0. En la última semana de la puesta a punto me hago una contractura en un cuádriceps que me tiene una semana parado. Primer mazazo y una semana menos. Vuelvo a los entrenos y tras 2 semanas nuevo contratiempo, el tobillo vuelve a molestar. Otra semana perdida.

La inseguridad y el miedo a una recaída son constantes durante todo el plan de entrenamiento. La confianza anda bajo mínimos pero por fin consigo encarrilar 4 semanas seguidas sin molestias. Me pongo a dieta y empiezo a bajar peso a la vez que el cuerpo comienza a reaccionar positivamente al entrenamiento y eso empieza a animarme. Y llega el momento de viajar a Boston, con 6 kilos menos y sólo 600km entrenados, pero con la “seguridad” de tener un mínimo de posibilidades de llegar a meta.

Llega el momento de hacer la mochila con todo lo necesario y hacia el aeropuerto de madrugada en bus. Quería hacer un viaje low-cost intentando gastar casi exclusivamente lo necesario. El vuelo lo había comprado en septiembre a muy buen precio con escala en Amsterdam a la ida y en Atlanta a la vuelta. Me alojaría en el Hi-hostel y desde ya puedo decir que fue una decisión acertadísima. Compartí habitación con 6 personas (4 de ellos también corrieron) y hubo muy buen rollo. El precio para ser un hostel no era tan económico como cuando corrí en NY pero tenía un factor determinante: localización. A 5 minutos andando del lugar en el que se cogen los buses para ir a Hopkinton y a otros 5 desde que sales de la zona de meta.

El mismo día que llegué ya me fui de turismo por la tarde. Visita imprescindible a Harvard y el MIT, imponentes ambos lugares. El viernes quedé con Víctor, Judith, David y Vanesa y recorrimos juntos el Freedom trail. Cuando les dejé camino de Cambridge no pude evitar ir a hacer una primera visita a la expo. Recogida de dorsal sin ninguna cola y a comprar la celebration jacket. Como la S de chico tenía las mangas muy largas y abiertas acabé comprándome la M de chica, que tenía las mangas cerradas y me quedaba como un guante.

El sábado más turismo. Aprovechando el weekend pass del tren (10$ con viajes ilimitados a cualquier zona) fui a Foxborough, a visitar el Hall of fame de los New England Patriots ya que soy un gran seguidor. Por la tarde cambié el suroeste por el nordeste y visité Salem. Muy turístico pero me pareció una población muy bonita. El domingo comida con los compañeros correcats y tarde de relax y descanso para lo que se avecinaba.

Y llegamos al Patriots Day. Mientras desayunaba en el hostel miraba por la ventana y el panorama era desolador. Una tormenta de las que asustan de verdad. A pesar de que a los de la primera ola nos recomendaban coger el bus de 6 a 6:45 decidí acudir más tarde. Si el tiempo iba a ser así de malo quería tener que estar el mínimo tiempo posible en el village esperando la salida. Salí del hostel bien tapado y con una capelina del maratón de Barcelona y al llegar al bus tuve que esperar bajo la lluvia casi 10 minutos antes de montar. A esas alturas ya llevaba los pies chorreando, por suerte llevaba unos calcetines de repuesto.

El tiempo era tan malo que lo que normalmente es un trayecto de unos 50 minutos se convirtió en casi hora y media. Llegué al village media hora antes de empezar y afortunadamente ya no llovía ni tenía pinta de que lo volviera a hacer. Sin tiempo que perder me quité el chándal, me sequé los pies y me puse los calcetines secos. Ya en tirantes directo a la salida del village y paseo de casi un kilómetro hacia los corrales de salida. Es una sensación muy extraña. Vas caminando entre casitas y los vecinos están en su jardín animándote mientras te diriges hacia ellos.

Justo cuando estoy llegando a los corrales suena el himno de EEUU y todo el mundo se detiene en silencio. En el mismo momento en el que cantan la última palabra sobrevuelan nuestras cabezas entre las nubes dos cazas con un sonido atronador. Gallina de piel, de esos momentos que se te quedan grabados para siempre.

Entro a mi corral, el 8, y soy consciente por primera vez de que no es un sueño, estoy ahí, en la salida del maratón de Boston. “Welcome to Hopkinton. It all starts here”. En ese preciso instante, rodeado de todos los corredores, rompo a llorar.

Dan la salida y enseguida empezamos a avanzar posiciones. En menos de 4 minutos estoy a punto de empezar la carrera. Enciendo la cámara que estuve a punto de dejar en la habitación por el mal tiempo (menos mal que me la jugué) y casi sin tener tiempo de asimilarlo cruzo la línea de salida. No puedo evitar emocionarme pero hay que llegar a Boston, si no todo el esfuerzo no habrá servido para nada.

Primer km de bajada muy pronunciada pero intento retenerme mucho. El objetivo es que los parciales de 5k hasta llegar a las Newton Hills sean más o menos de 25 minutos. Una vez allí aflojar todo lo que sea necesario, incluso andando si hace falta, para una vez pasada la Heartbreak Hill volver a subir el ritmo en las últimas 5 millas “favorables”. Llego al km1 y me sorprende que estén marcados todos los puntos kilométricos, y entonces pum, un pedazo repecho. Son sólo 200m pero es toda una declaración de intenciones. Bienvenido a Boston.

La cosa discurre con normalidad pero al tercer kilómetro empiezo a notar que algo no va bien en mi tobillo derecho. Es una sensación extraña. A veces me molesta la parte trasera y a veces la delantera. No me puedo creer que me esté sucediendo esto. Intento evadirme de las molestias mirando el paisaje y poco a poco empieza a suceder algo que se me había pasado por la cabeza que pudiera ocurrir. Al salir del penúltimo corral de la ola e ir más lento del ritmo al que se supone que debe correr alguien que sale de la ola 1 me encuentro casi solo a la altura del km5. La siguiente ola no sale hasta 30 minutos después así que fui “paseando” casi en solitario más de 20 kilómetros.

Por suerte las molestias desaparecen por el km 8 y puedo rodar ya con normalidad. Primer parcial clavado en 24:59, segundo en 25:26, tercero en 25:59. Parece que todo está en su sitio y casi voy marcando los tiempos que me había propuesto. Y con un parcial de 25:52 llego al km 20, el Wellesley College. Hay que correr Boston para vivirlo en persona porque es indescriptible lo que se siente allí. Antes de llegar ya estás escuchando los gritos de los cientos de chicas que están allí animando con sus carteles, reclamando un beso.

Alargo el brazo y empiezo a chocar todas y cada una de las manos. Es curioso pero no me arranco a dar ningún beso, me entra vergüenza (a estas alturas de la vida) hasta que una chica a lo lejos me señala y se apunta con el dedo índice en la mejilla. Pues nada, allá que vamos. Carcajadas de las amigas y adiós vergüenza. Sigo corriendo y otra que quiere beso. Pues nada, un beso para ti y otro para tu amiga ya que estamos, todos en la mejilla eso sí. Miro el reloj y voy a 4:25 cuando llevo toda la carrera por encima de 5. Menudo subidón con el cachondeo que tienen allí montado.

Paso por la media en 1:47:45 y el último parcial ha sido de 25:38. Todo está saliendo de fábula y ahora toca afrontar la parte “más dura” de la carrera. El que se supone debe ser el kilómetro más rápido lo hago a 5:05 lo que no augura nada bueno. Llego a Newton y empieza a alcanzarme la gente de la segunda ola, algo que sabía que sucedería tarde o temprano. Se le suma la enorme humedad que llevamos padeciendo desde el inicio, la alta temperatura y que las nubes han dado paso a un sol inclemente. Es la tormenta perfecta. La cosa viene en mal momento ya que se avecina la primera colina que subo reservando pero a buen ritmo. Tramo de llano y al llegar a la segunda colina, en el km 28, sin saber cómo ni por qué no hay fuerzas.

Es algo que sucede sin que te des cuenta. El continuo sube y baja va machacando tus piernas poco a poco y entonces, en el momento en que más falta te hacen, ya no están. Todos nos empecinamos tanto en centrar nuestra atención en esas 5 millas (de la 16 a la 21) que no nos hacemos a la idea de lo traicioneras que son las 16 millas iniciales. Las gráficas de altimetría no son capaces de mostrar cuál es la dureza real de toda esa parte previa del trazado y no estaba preparado para lo que venía después. A partir de aquí los parciales se van al cuerno.

Así pues, plan B. Sufrir sabía que sufriría así que decidí sacar la cámara en la tercera colina y disfrutar todo lo que pude del ambiente. En el llano conseguí recuperar algo y aunque parte de la Heartbreak Hill la hice andando pude correr bastante parte de la última subida. En el fondo cuando estás allí te das cuenta de que no son tan temibles como se dice. Pensaba que al coronarla podría recuperar el ritmo hasta meta en los 8 kilómetros que quedaban de “bajada” pero las piernas no podían del dolor. Era una sensación terrible ver que te costaba la vida mantener el ritmo a 5 incluso bajando.

Tocaba tirar de experiencia y comencé a ponerme pequeñas metas. El objetivo era correr un kilómetro y luego caminar unos metros mientras reordenaba la cabeza, me hidrataba y relajaba las piernas. Buscaba las botellas de agua que daba la gente porque a pesar de que cada milla hay avituallamiento no daba abasto para hidratarme. Miraba de vez en cuando el reloj y a pesar de que el tiempo no me importaba las 4 horas se avecinaban y me daba mucha rabia no conseguir bajar ni siquiera de esa marca, así que tocó hacer un último esfuerzo.

La recta de meta se hace eterna. Quieres llegar como sea para cruzarla y que se acabe pero a la vez te entristece porque sabes que has vivido algo único e irrepetible y llega a su fin. Acabo en 3:58:53. Ha ido por los pelos pero al final lo has conseguido. Hace 4 meses no podías dar 2 zancadas seguidas (literal) sin rabiar de dolor y ahora te están colgando en el cuello esa preciosa medalla, ese unicornio, que tanto significaba para ti.
Ya tienes tu unicornio. Sólo tú sabes lo mucho que has tenido que sufrir para tenerlo en tu cuello y no me refiero a correr esos 42 traicioneros kilómetros que separan Hopkinton de Boston.
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Como dice un conocido América para los americanos, pero que me esperen una última vez allí que Chicago me hará completar la triada de las Majors americanas en 2020 si todo sale según lo planeado.

Aquí os dejo un pequeño video de lo que fue esta odisea:


Ahora mismo estoy muy lento, lejísimos de mis tiempos previos a la lesión pero me lo tomo con filosofía. Este finde vuelvo al triatlón para seguir aprendiendo en distancia sprint y en una semana toca volver al trail para hacer una de las etapas nocturnas en una prueba por relevos de 200km, la Garmin Team Trail.
Después del verano será momento de empezar a recuperar el nivel perdido sin prisa pero sin pausa.


¡Orgullo del foro!
 
Gracias Esquimal!!! y enhorabuena por tu carrera de Boston, bravo, a primera hora parto hacia los Dolomitas, va a ser duro pero ilusión y fuerza irán conmigo cada km.
 
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