EL MONSTRUO DE LOS TIEMPOS REMOTOS (The beast from 20.000 fathoms, Eugène Lourié, 1953)
Pura y dura ciencia ficción cincuentera y ejemplo validísimo de monster movie añeja, con todo lo que la avalancha del género en esa década conlleva: cierta ingenuidad y simpleza equilibradas con grandes dosis de inventiva e ingenio a la hora de resolver la papeleta en escenas más allá del (simple pero eficaz) diálogo. Absurdo sería achacarle topicazos porque es esta película, junto a un puñado más, la que inventó muchos de esos tópicos que siguen usándose como el que más. Ejemplo obvio sería el
Godzilla de Emmerich, que le debe más a
El monstro de tiempos remotos (copiando directamente algunas escenas y muchas ideas) que al cine de monstruos nipón... y así, cientos de ejemplos, desde superproducciones de bichos hasta infectas series B, es como
The beast from 20,000 fathoms donde empieza a verse un legado impagable y aún vigente.
Lourié no se luce pero sabe sacar adelante las escenas menos espectaculares con sobriedad aunque con una puesta en escena algo teatral en algunos momentos. No destaca nadie del reparto, aunque mantener un personaje tan irregular como el científico abuelete (cuyo repentino cambio de opinión resulta tal vez el mayor tropezón argumental del film, visto hoy día) y hay que señalar la breve aparición de un jovencísimo e irreconocible Lee Van Cleef (¿recordaría Sentenza que en sus años mozos podía matar dinosaurios de un solo disparo?). La estrella de la función es el monstruo propiamente dicho, un Rhedosaurio anfibio que hace memorable el film con las pocas escenas en las que se dedica a destrozar la ciudad, devorando policías, arrasando montañas rusas y atravesando edificios (para el recuerdo, el plano de los ciudadanos siendo sepultados por una tonelada de ladrillos mientras las paredes caen como piezas de puzzle). Aún algo tosca comparada con las maravillas que vendrían después, la animación es totalmente eficaz y dota de personalidad al bicho mediante pequeños detalles en un trabajo de stop motion que duró cinco meses.
Clasicazo de la ciencia ficción cincuentera, obligatorio no por lo que es sino por lo que VINO TRAS ÉL. Tan entrañable como entretenido y documento cinematográfio de gran valor.