Respuesta: Woody Allen's post
Delitos y faltas: La he revisionado porque quién soy yo para catalogar las obras maestras tan rápido, máxime si dos personas como Harry Block y Ropit, estudiosos de Allen, seres muy inteligentes y con la película asimilada, me lo avisan.
Entiendo lo que quiere Allen y la propuesta me parece arrebatadora. A través de su cine cómico-dramático mezclado con su vena dramática mortuoria (aquí, por fin, abandonando a Bergman y demostrando que sin referencias tan latentes es un absoluto líder) pretende dar rienda suelta a una vena nihilista desoladora: pueden ganar los malos, no hay Dios que valga, la justicia se suele no dar y si tienes pasta, triunfas. Así, tal cual. Sin una secuencia de desahogo. Es algo tan pesimista que nos remonta al principio de la humanidad, cuando no tuvieron otra que inventar religiones y cuentos o aquí todos nos degollábamos. Y así es como se siente Allen al final de la película, sentado con Landau (lo que pasa es que Landau está en el lugar del triunfador y lo poco que se arrepintió fue, precisamente, por el cuento chino judío, con lo cual entendemos que la religión no es tan mala para algunos valores, en según qué casos).
También está el tema del filósofo al que están haciendo el documental, que se suicida contradiciendo todo su discurso. Vamos, que nadie sabe nada y que todo es relativo. Tremendo.
Me parece tan sobresaliente como a vosotros esta maravilla. Mi único pero radica en que me funciona mejor la parte dramática, ya que algo tan duro y severo se me salpica algo con el Allen tradicional, del cual hay cosas en su historia que ya habíamos visto. De hecho, queda muy claro que metió su mediometraje por no ser tan duro, como él mismo dijo en declaraciones..., y ese prestado es el que a mí me molesta en ocasiones. O subhistorias como la de la hermana de Allen o la sobrina, que creo no aportan nada más allá de nivelar metraje.
Pero vamos, que le pongo un 9 y no un 10, como vosotros..., pero seguimos en márgenes sobresalientes.
Alda no me convence cuando se enfada. De hecho, en todo el rol restante es perfecto porque es él mismo, pero cuando se mosquea no se lo cree ni él (tanto con Allen en la sala de visionado como con su equipo en la imagen que están proyectando). Son momentos, no toda la interpretación.
Por otro lado, ya llegando a tantas pelis vistas de Allen, creo que no es tan mal director audiovisual (en esta etapa) como le pintamos. ¿Que a veces metía zooms horribles y decisiones absurdas? Sí. ¿Que no es un virtuoso? Sí. ¿Que delega en los talentos? Sí, pero esto es bueno. Y muchas veces, cuando diriges, lo haces. Porque esto también es dirigir, conocer a tu equipo y dejarle hacer. Por eso, en esta larga etapa (y no sólo con Willis, que dirigió a muchos grandes tras la cámara de notable manera. O les dejó hacer de notable manera, vaya), Allen dirige actores y espacios como nadie y visualmente, deja hacer, pero eso no es malo. Incluso admiro muchos de sus planos secuencias. Así que démosle estopa cuando la merezca, pero no ahora.